Estados Unidos ha visto un recrudecimiento de los ataques perpetrados por vándalos y delincuentes vinculados a la militancia abortista radical. A pesar de su narrativa anclada en los “derechos”, la “inclusión” y el “amor”, se ha ido quitando la máscara cada vez más explícitamente.
En uno de los episodios más recientes, el objetivo fue la iglesia de Santa Joana Francisca de Chantal, en la ciudad de Bethesda. En la misma ciudad, por cierto, otros dos templos cristianos también sufrieron ataques que las autoridades creen están interconectados.
Según el párroco, el P. Samuel Giese, los vándalos invadieron la iglesia, derribaron imágenes sagradas y estaciones del Vía Crucis, destruyeron varios objetos, quemaron parcialmente la iglesia y, lo que es más grave por ser un sacrilegio, profanaron el sagrario.
El sacerdote vincula el ataque a la ola de intolerancia y violencia de la militancia pro-aborto contra instituciones abiertamente pro-vida:
Por otro lado, el párroco recordó que la Iglesia Católica va mucho más allá de sus templos físicos:
Además de iglesias, varios centros para mujeres embarazadas y sedes de grupos pro-vida en Estados Unidos también han sido blanco de la ola de ataques de la militancia abortista radical.