América Latina se ha convertido en los últimos años, incluso durante en tiempos de pandemia, en un verdadero polvorín. Son varios los países que han estado protagonizando protestas, marchas masivas, muchas de ellas no exentas de violencia.
Uno de esos países ha sido Chile con el famoso «estallido social» de 2019 que sigue teniendo consecuencias hasta el día de hoy con la discusión de una nueva Constitución. Pero los ejemplos siguen y abundan.
Sin embargo, en medio de tanto ruido (en muchos casos con motivos loables como el reclamo de mejores condiciones de vida), también suceden otras cosas que pasan desapercibidas y que no suelen suscitar atención mediática. En este caso, también con jóvenes estudiantes que se ponen en movimiento para llevar a cientos de personas «el mensaje de esperanza de Cristo».
En efecto, según destacó la Iglesia de Chile a través de su sitio web, este 13 de julio en el Campus San Joaquín de la Pontificia Universidad de Chile se vivó un día especial para los voluntarios de proyectos como Misión Vida, Trabajo País, Siembra UC y Coro Misión. Desde ese lugar salieron al encuentro de distintas comunidades de Chile y «con la alegría de compartir una Iglesia viva».
Cerca de 1500 estudiantes en más de 50 sitios
«Que cerca de 1.500 jóvenes vayan a misiones y trabajos de invierno, refleja el compromiso de un número muy importante de estudiantes de nuestra universidad que salen de su zona de descanso para ir a encontrarse con las comunidades, a servir, a evangelizar y también a fortalecer su fe y hacer parte integral de nuestra comunidad cristiana en el país», expresó el rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez.
Con mochilas, bolsos, sacos de dormir, herramientas de construcción es así como se movilizan estos jóvenes para recorrer unas 52 localidades a través de diversas actividades.
El padre Jorge Merino, que además de guiar a coordinadores estuvo en la misa de envío para esta misión, destacó:
«Con todo lo que estamos viviendo, con la situación política y social de Chile, con la crisis de la Iglesia, es posible que algunos de ustedes se pregunten si vale la pena ir a construir una capilla o a misionar. Dios nos dice que sí de una manera contundente (…)».
Merino añadió: «Por medio de ustedes, Dios va a hacer su obra, siempre que nosotros lo ofrezcamos. Muchas gracias por el testimonio que nos dan. Los vamos a ir a visitar. Cuenten con nuestra oración y sepan que no son una sola zona, sino que 52 zonas unidas».
Una Iglesia en camino
La salida de estos jóvenes transcurre en un momento en que la pandemia del coronavirus aún no ha llegado a su fin. Es por eso que también se les entregó un protocolo sanitario para no perder el cuidado con las comunidades que visiten.
«Por eso sea en los trabajos materiales como en lo espiritual estas misiones hablan de una Iglesia en camino, que tiene un presente en estos jóvenes y tiene más futuro que pasado. De este testimonio podemos mirar adelante hacia un futuro esperanzador», reflexionó también el obispo auxiliar de Santiago, monseñor Alberto Lorenzelli, quien ofreció un mensaje de agradecimiento a los jóvenes, prosigue la Iglesia de Chile.
«Jóvenes valientes»
Uno de los proyectos que integra esta salida de jóvenes es Misión Vida. Se trata de «una invitación a vivir una experiencia personal y comunitaria de encuentro con Cristo, siendo sus discípulos». El objetivo de sus miembros, en esta ocasión, es visitar sitios donde viven personas en situaciones de vulnerabilidad como campamentos (también conocidos como asentamientos). Es ahí donde los jóvenes, en base a sus diversas carreras universitarias, podrán entregar conocimientos y aportes.
María Paz Alessandri y Juan Pablo Sáez fueron los que entregaron el siguiente mensaje a los voluntarios:
«Desde que partimos este sueño, que veíamos muy lejano este día. No imaginábamos que serían 1.500 jóvenes valientes que iban a salir al encuentro con Cristo, respondiendo a un Chile actual que hoy tiene mucha incertidumbre. Es muy importante la presencia de cada uno de ustedes, que tiene algo que entregar desde lo propio. Somos jóvenes valientes dedicados al único encuentro verdadero que puede cambiar vidas. Jóvenes que pueden responder y generar un encuentro con Cristo. Respondamos con valentía al Cristo de la vida».
He aquí jóvenes en movimiento en Chile, lejos de la violencia y el desencanto. Y lo hacen con un mensaje cargado de trascendencia. Un claro ejemplo de las cosas buenas que sirven para imitar y replicar.