La catedral y la comunidad católica de la archidiócesis de Pekín están de fiesta, no sólo por la reapertura de la iglesia después de seis meses de cierre según las disposiciones anti-covid del gobierno, sino también por la solemne celebración de los sacramentos de iniciación cristiana de 101 catecúmenos, en su mayoría adultos.
Antes del amanecer del 16 de julio, día de la reapertura, los fieles ancianos y jóvenes, entusiasmados, esperaban ante la puerta: por fin podrían reanudar sus actividades espirituales, litúrgicas y pastorales en presencia de su querida parroquia. La primera parada, como siempre, fue la oración ante la gruta de Nuestra Señora de Lourdes, y luego ante el altar, para dar gracias al Señor por este momento.
El complejo de la catedral, la iglesia, el patio, la sacristía, volvieron a llenarse de oraciones, de cantos sagrados, de sonrisas e incluso del "ruido" de los niños.
El 16 de julio, a las cinco de la tarde, los participantes del 53º curso de catequesis fueron bautizados y recibieron los demás sacramentos de la iniciación cristiana, la confirmación y la eucaristía, de manos de Mons. Joseph Li Shan, arzobispo de Pekín. La emoción y la alegría eran evidentes en sus rostros y en los de la comunidad, pero también en los de los catequistas, sacerdotes, religiosas y voluntarios laicos que les acompañaron en su camino de fe durante la pandemia, superando mil dificultades.
Como dice el Salmo 126: “Al ir iba llorando llevando la semilla, al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas” (vv. 4-6), por lo que el obispo Li animó a todos a mantener esta maravillosa experiencia. “Sois hijos de la luz por el bautismo, centinelas de Cristo por la confirmación”. Y “el bautismo no es un mero ritual, sino una conversión interior. Perseguid ahora una auténtica vida de fe, revestíos de un espíritu nuevo y de una nueva identidad, que es la cristiana… debéis ser luz del mundo y sal de la tierra, encarnando a Cristo y dando testimonio de nuestro Señor con amor y obras”.
El párroco de la catedral, el padre Joseph Zhao, dio las gracias a todos los que han contribuido al largo camino de la fe y pidió a todos que siguieran protegiendo estas "nuevas plantitas" de la comunidad, para que crezcan juntos en la Iglesia, en el camino de la sinodalidad.
Con la reapertura, la Catedral se han reanudado las actividades litúrgicas y pastorales normales, incluida la celebración de la misa dominical en lenguas extranjeras. Por ello, este domingo 17 de julio se ha celebrado la última misa retransmitida por internet.