«Caminando juntos, con Jesús y María de Urkupiña”. Aquí el lema utilizado en 2022 para la famosa festividad de la Virgen de Urkupiña –advocación vinculada a la fiesta de la Asunción- en Bolivia. Mensaje que expresa sintonía con el caminar de la Iglesia universal que atraviesa un proceso sinodal.
Luego de dos años intensos y marcados por la pandemia del coronavirus, donde imperó la virtualidad, fue lanzado el programa oficial. Se trata de una propuesta que hace prever el gran regreso de una fiesta, llena de folclore y tradición, que rompe fronteras. No en vano «La Mamita» también es conocida como la patrona de la integración y su amor llega a sitios como Argentina.
En efecto, el municipio boliviano de Quillacollo, en el departamento de Cochabamba, suele transformarse en centro de referencia para miles de peregrinos dispuestos a homenajear a la Virgen y acompañar diversas actividades. Por ejemplo, se destacan danzas, despliegues folclóricos, la presencia de fraternidades y celebraciones religiosas.
Más fieles y turistas
Con este lanzamiento, tal cual reportó la propia Iglesia de Bolivia a través de su web, se espera que la cantidad de feligreses y turistas aumenten en comparación con las últimas ediciones.
El programa abarca 15 días de preparación que van desde el 31 de julio hasta el 14 de agosto (siendo los días centrales del 14 al 16 de agosto, especialmente el 15 con la solemnidad de la Asunción de la Virgen María).
Durante todos esos días habrá, por ejemplo, procesiones, misas, concentraciones de delegaciones, rezo del rosario, además de entrada folclórica y promesa de danzantes.
Libreto de preparación de la fiesta aquí
¿Cómo surge la tradición?
La tradición sobre la Virgen de Urkupiña en Bolivia se remonta al año 1700 y está vinculada a una humilde familia de campesinos. Más precisamente con la aparición de la Virgen a una pastorcita que recorría las colinas de Cota, al sudeste de Quillocollo. Luego de varias oportunidades en que la pequeña era visitada por “La Mamita”, junto a un hermosísimo niño en brazos, sus padres lograron ser testigos de los hechos e incluso llevar el caso al párroco local.
Desde aquel momento la Virgen de Ukupiña es muy venerada en esa región y los relatos de milagros son extensos, recuerda el portal del santuario que lleva su nombre.
Con el correr de los años esta festividad cobró mayor relevancia. Hoy en día – de alguna manera gracias a los migrantes bolivianos- la festividad que se vive en Quillacollo ha atravesado fronteras y se celebra en varias ciudades del mundo de países como Argentina, Chile, Paraguay, Brasil, además de España e Italia.