Peregrinar, aquello de ponerse en camino para un reencuentro sanador que colme el corazón. Sí, un itinerario cargado de búsqueda y esperanza que en América Latina tiene a la Virgen María -y sus santuarios- como una de las principales protagonistas.
Es que cuando uno empieza a peregrinar, con el anhelo de la súplica, pero también del agradecimiento, ya no importa tanto aquello de los kilómetros recorridos, sino el viaje interior que en muchos casos también implica conversión.
Virgen del Cisne, famosa peregrinación
Es aquí donde entra la ciudad de Loja y la Virgen del Cisne en Ecuador, un caso típico de peregrinación en Sudamérica. Una localidad, al sur del país, que se transforma en fiesta cada vez que se acerca el momento de homenajear a «La Churonita». Un sitio de encuentro con Dios a través de María cargado de testimonios fe.
En efecto, luego de dos años de parálisis por la pandemia del coronavirus, donde imperó lo virtual y hasta propuestas alternativas como sobrevuelo con la imagen a través de la ciudad, la peregrinación de unos 80 kilómetros de la Virgen junto a los peregrinos ya genera gran expectativa.
Según informaron medios locales como El Universo, en esta oportunidad se espera la presencia de al menos medio millón de visitantes. En cuanto al recorrido de la Virgen hasta la ciudad de Loja, en base a información divulgada por la diócesis local, está previsto dure unos cuatro días.
En ese sentido, se indica que durante el primer tramo se la Virgen del Cisne será trasladada desde su santuario hasta la iglesia de San Pedro de la Bendita (unos 21 kilómetros). Al día siguiente será trasladada en hombros hasta la iglesia María Auxiliadora de Catamayo (21 kilómetros), sitio donde permanecerá hasta el 20 de agosto.
Posteriormente, la Virgen del Cisne saldrá temprano hasta la capital provincial. En ese momento recorrerá unos 38 kilómetros. Llegará en la tarde y en una catedral donde estará hasta el 1 de noviembre.
En tanto, también se recuerda que antes de que la Virgen del Cisne salga de su santuario habrá otras actividades.
«Habrá diferentes celebraciones religiosas, y hemos coordinado con los priostes, que han programado actividades religiosas, culturales y deportivas, y durarán hasta el próximo 16 de agosto», expresó el padre Sócrates Chinchay, rector del santuario, agrega El Universo.
Una devoción con más de cuatro siglos
El nombre de esta advocación se debe gracias a la denominada «Orden de los Caballeros del Cisne», con origen en Europa, que solía construir iglesias en las cimas de las montañas en honor a la Virgen. Tutelados por los franciscanos, estos sacerdotes estuvieron vinculados a la fundación de Loja.
Se trata de una devoción con cuatro siglos de historia. Las versiones en cuanto a su origen son variadas, indica en su sitio web la propia Basílica de El Cisne.
Una de ellas tiene que ver con una aparición de la Virgen luego de una hambruna que asolaba a la región debido a una intensa sequía cuando sus habitantes habían decidido abandonar el lugar. Debido a esto, la versión indica que la Virgen pidió que se quedaran en el lugar y que su deseo era que allí se construyera una iglesia.
Con el correr de los años la devoción fue aumentando. Los indígenas levantaron un santuario en el lugar y recién en 1934 fue el construido el que se mantiene hasta estos días. Incluso, un decreto del año 1826 a manos de Simón Bolívar permitió establecer una visita de la Virgen a la ciudad de Loja, además de una feria anual para su veneración.
Es por todo esto que esta imagen seguirá cautivando los corazones de los ecuatorianos. Sin dudas, una tradición de muchos años y también polo de atracción para muchos otros que vienen de lejos, siendo la caminata de más de 70 kilómetros durante tres días una de las peregrinaciones más famosas de la región.