Este espacio le ha dedicado ya algunas publicaciones al fenómeno de la familia Lefèvre, formada por Gabriel y Anne y sus seis hijos Gaël, Blanche, Clement, Emmanuel, Paloma y Raphaël, quienes alcanzaron reconocimiento público al ganar el concurso televisivo La France a un incroyable talent (Francia tiene un increíble talento) en 2020.
La merecida fama les abrió nuevas perspectivas y el año pasado se sabía que estaban preparando un álbum que finalmente vio la luz en el mes de octubre bajo el nombre Ad Vitam.
Dicha preparación incluyó el retiro por una semana a una residencia de canto cerca de la Cartuja de Mougères (Béziers) donde se realizó la grabación; muchos diálogos con la productora Universal sobre el contenido del disco. Y una genuina dedicación que se manifiesta tanto en la calidad estética de las interpretaciones como en la fidelidad al contenido predominantemente sacro que caracteriza su repertorio; (aunque el disco incluye también obras de cuño contemporáneo y secular).
El álbum incluye nada menos que quince piezas que compartimos a continuación (siete en este artículo y las restantes en uno próximo) con algunos breves comentarios.
1For The Beauty Of The Earth
El disco comienza con esta canción compuesta por John Rutter basada en el himno homónimo de Folliott S. Pierpoint. Un canto de gratitud al Creador por toda la belleza creada, por cada hora de vida, por el amor entre los hombres y por toda gracia recibida.
El comienzo está a cargo de las voces femeninas que a partir de la segunda estrofa dan paso a la polifonía mixta. En la descripción del video en youtube se encuentra a disposición la letra en su integridad.
2Norhtern Lights
La segunda canción del álbum es del compositor y pianista noruego Ola Gjeilo, compuesta sobre la versión latina (Vulgata) del Cantar de los Cantares: "Hermosa eres, amada mía, dulce y encantadora hija de Jerusalén".
A diferencia de la primera pista, nos encontramos aquí con una pieza a capella en la que la pericia coral de la familia se manifiesta en mayor grado.
3What A Wonderful World
Obviamente se trata de la celebérrima canción de C. Bob Thiele y George David Weiss que fuera especialmente popularizada por Louis Armstrong. Sin embargo, los Lefèvre nos sorprenden primero con una inequívoca referencia al Jesus bleibet meine Freude de la cantata Herz und Mund und Tat und Leben de Bach (BWV 147).
De esta manera, simbólicamente, la pieza secular (en la que, acompañados por el piano, los miembros de la familia se van turnando para cantar las maravillas de nuestro mundo) tiene su fundamento en el Verbo, que es la alegría de los hombres. El símbolo se reitera sobre el final, donde el piano vuelve a remitirnos a los últimos compases de la obra de Bach.
4Ave María
En cuarto lugar, nos deleitamos con el Ave María de Gounod. Con el acompañamiento de piano y cuerdas, fiel a la partitura original, encontramos aquí un valiente arreglo para coro que, de manera eficaz, revitaliza la conocidísima partitura de la soprano solista.
5Douce nuit
Se trata, naturalmente, de la versión francesa del célebre villancico austríaco Stille Nacht, heilige Nacht (en español, "Noche de paz"), de Joseph Mohr y Franz Gruber, que desde 2011 es Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad.
Al tratarse de una canción tan conocida, ha de ser habitualmente una cuestión aparte la de decidir qué tan "tradicional" (o "novedosa") ha de ser la versión. Los Lefèvre han optado en este caso por grabar un arreglo fiel a la tradición, con un acompañamiento instrumental que apenas aprovecha los interludios entre estrofas para hacerse notorio.
6Cantate Domino
Se trata de una partitura del compositor británico contemporáneo Karl Jenkins, otra de las piezas a capella en las que el coro familiar se luce especialmente. Fue además uno de los lanzamientos promocionales del álbum; de modo que en este caso viene con un hermoso videoclip, en el que los miembros de la familia van realizando el vitral que luego aparece en la tapa del disco. Es una pieza jubilosa y exhortante sobre fragmentos bíblicos de los salmos.
7Amazing Grace
Volvemos a encontrarnos con una canción muy conocida, en este caso con el himno cristiano escrito en el siglo XVIII por el poeta y clérigo inglés John Newton; (aunque la melodía que conocemos no es la original suya, sino una versión de William Walker quien asoció el himno de Newton a una melodía tradicional escocesa).
En esta oportunidad sí presenciamos una versión "novedosa" en lo que se refiere a los arreglos. No tanto en la parte vocal, por cierto, que es bastante fiel a la tradición; pero el acompañamiento instrumental sí toma los riesgos como para presentarnos una versión "nueva".
Completaremos nuestro conocimiento de las restantes ocho pistas del álbum en nuestro próximo artículo.