El pasado 6 de agosto Bolivia celebró el aniversario número 197 de su independencia. Sin embargo, más allá de la conmemoración, los laicos que quisieron participar del tradicional «Te Deum» en la catedral metropolitana de Sucre, capital del Estado Plurinacional de Bolivia, vivieron una situación compleja.
Según recordaron medios locales como El Deber, ese día se impusieron restricciones para el ingreso de las personas a la plaza 25 de mayo de la ciudad de Sucre, zona donde se realizó la sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional en la Casa Libertad, instancia donde el propio presidente Luis Arce envió un mensaje por los 197 años de independencia.
Esto motivó a la instalación de cordones de uniformados y miembros del Ejército que «solamente dejaban pasar a personas con credenciales y grupos de sectores afines al MAS» (partido gobernante), subrayó el medio boliviano.
«Atropello»
A través de un comunicado titulado «Manifiesto a la opinión pública nacional e internacional» el Consejo Boliviano de Laicos usó el calificativo de «atropellos a los laicos católicos» lo sucedido el pasado 6 de agosto en la zona de la catedral metropolitana de Sucre y el impedimento para que pudieran participar del «Te Deum».
«Este cerco se constituye en un acto egoísta y tirano que coarta nuestros derechos y que viola la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia», expresaron los laicos de manera contundente a través del comunicado en el que también citaron derechos como el establecido capítulo tercero de la Constitución en el que se hace referencia a la libertad de pensamiento, espiritualidad y culto.
Centellas abogó por un cambio que sea para el bien de todos
De forma paralela, el arzobispo de Sucre, monseñor Ricardo Centellas, hizo un llamado a «seguir luchando por una Bolivia digna para todos» durante la homilía del rezo del Te Deum el 6 de agosto.
«Hoy hay varios conflictos en Bolivia. Pero acercándonos a Dios recibimos este espíritu que nos dice vayan adelante, es posible el cambio, pero un cambio para el bien de todos, no solo para algunos, un cambio que no implica exclusión, sino inclusión social, para eso rezamos», añadió el arzobispo, quien también reflexionó sobre la transfiguración de Jesús.