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Alexander Acha: “Cuando buscas la belleza, Dios sale al encuentro”

Alexander Acha y su esposa, María Rojo de la Vega.

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 31/08/22
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Alexander Acha es uno de los 25 artistas de todo el mundo que se reúnen esta semana con el Papa Francisco, con idea de lograr que el sector de las artes refuerce el diálogo y la paz en la vida de millones de personas. Él está dispuesto a trabajar por ello como católico. En su recorrido, no le han faltado "experiencias con el demonio". De todo ello habla en exclusiva con Aleteia

A sus 37 años, el mexicano Alexander Acha es uno de los cantantes más prometedores de América Latina y con una proyección internacional. Acha se encuentra en Roma para participar en el primer Vitae Summit 2022. Se trata de una iniciativa cultural que reúne a personalidades del mundo del espectáculo y del arte en el Vaticano del 31 de agosto al 1 de septiembre. El Papa apoya el evento y conversará con los artistas para promover la unidad, la esperanza y el encuentro entre las personas a nivel global aprovechando las artes, los medios y el sano entretenimiento.

Acha además de cantante, es compositor, pianista y productor musical. Inició su carrera a los 18 años, y es que lo lleva en los genes: es hijo del cantante Emmanuel. Pero ha hecho ya su propia trayectoria, construyéndola con esfuerzo, con trabajo, con estudio. Sin denegar su herencia, ha construido un camino nuevo. Incluso ahora se ha dedicado a un nuevo álbum, "Las italianas", con textos del compositor italiano Baglioni.

-¿Cuál es el sentido de la vida para ti, más allá del tema artístico y de tu carrera?

Yo creo que fuimos creados para la felicidad. Creo que el sentido de la vida es llegar a conquistar la felicidad. Y creo que aquí, en este mundo, dado el egoísmo del ser humano y la corrupción natural que tenemos dentro de nosotros, con inclinación egoísta, esa búsqueda de la felicidad muchas veces genera una fractura, un desgarre en uno mismo que causa dolor. Salir de uno mismo, vencer ese egoísmo, duele. Y para poder amar libremente y vivir en paz, necesitas desprenderte de todos esos vicios, de todos esos egoísmos que nos encierran a nosotros mismos. Creo que ese es el sentido de la vida.

Una paz fundamentada en la verdad

Ya en el cielo seremos felices y sin dificultades. Seremos plenamente felices así, gratuitamente. Pero aquí en la vida, esa búsqueda de la paz y de la felicidad, creo que es un camino difícil, es un camino de lucha, es una lucha espiritual, es una lucha contigo mismo, con tu temperamento, con tus vicios, con tus debilidades.

Porque en este mundo creo que esa felicidad no es perfecta y creo que nos debemos de contentar con ser una persona que tenga paz, que tenga paz en el corazón, fundamentada en la verdad, en las verdades fundamentales de la vida, las verdades que no cambian y las verdades de Dios, las verdades de nosotros mismos. Y fundamentada en un amor, un amor que es saber amar y dejarse amar plenamente. Eso es lo que yo creo que nos hace libres. Todas estas cosas yo creo que construyen o conforman la felicidad del ser humano a nivel terrenal. No es una felicidad de placeres y no es una felicidad de de comodidades sino una felicidad de un estado interior.

-Hablaste de Dios, hablaste del cielo. ¿Eres un hombre de fe?

Sí, sí, creo absolutamente en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. O sea, soy católico, apostólico, romano y creo que Jesucristo es el Salvador del mundo y el Hijo de Dios, del Dios vivo y verdadero. Y Jesús es el camino al Padre, al Paraíso.

-Además, eres mexicano, ¿eres guadalupano?

Sí, soy guadalupano y le he cantado ya varias canciones a la Virgen. Una que compuse yo que se llama "María". Una canción que es un himno en México, que se llama "La Guadalupana", a la cual le hice un arreglo nuevo. Es una producción nueva que tiene un ritmo de reggaetón, aunque la canción sigue siendo la canción: es una alabanza a la Virgen y que canto con mi papá, con Emmanuel.

-¿Cómo concibes el éxito?

El éxito, digamos a nivel general, de una persona es ser feliz en el amor y en la verdad. Ahora, si te pones en el plan profesional, yo creo que el éxito es lograr que en tu trabajo puedas dar algo de calidad, algo bien hecho, vivir dignamente de ello y que sea querido y aceptado por el público. Yo creo que esa es una palabra difícil, el éxito, porque no lo puedes medir con dinero nada más, no lo puedes medir con fama nada más. No lo puedes medir con con la calidad, incluso artística, nada más. Porque si tú tienes una gran obra, una obra maestra escondida en un cajón, pues tampoco creo que eso signifique ser muy exitoso.

Yo creo que parte del éxito es poderlo compartir, poder compartir lo que haces con los demás. Y creo que cuando algo que compartes gusta mucho, se difunde, se vuelve popular y además te genera una rentabilidad. Creo que profesionalmente estamos hablando de éxito.

A por la excelencia en todos los terrenos

Ahora, si me preguntás el éxito de una persona para realmente ser exitoso, creo que tienes que triunfar en el ámbito social, en el ámbito familiar, en el ámbito personal, en el ámbito espiritual, en el ámbito profesional. En muchos aspectos creo que tienes que buscar y lograr esa excelencia. Esa excelencia es difícil, exigente y cuesta, te da como resultado lo que llamamos éxito, creo yo.

-Bueno, tú estás aquí en el Vaticano, a pocas horas de ver al Santo Padre. ¿Qué concepto tienes del Papa Francisco?

Lo siento muy latino. Lo siento con esa pasión y esa empatía y emotividad muy características de los pueblos latinos, incluidos los italianos y los españoles, o sea, de todos los que tenemos esa sangre latina. Nos caracterizamos por esa emotividad, por ese apasionamiento, por esa sensibilidad, por ese carácter.

Y creo que así es el Papa. Creo que ha sido un Papa que se ha preocupado mucho por los pobres, por la miseria, por los más excluidos y ha tratado de ensanchar los brazos de la Iglesia en el sentido de la caridad y del interés y del compromiso con los más necesitados y con los más vulnerables, socialmente hablando: los marginados, los discriminados... Creo que el Papa ha buscado acercarse a los rechazados, a los últimos de este mundo.

-¿Qué expectativas tienes del diálogo de los artistas con el Papa?

Es un diálogo para llegar a una estrategia, a un plan, a una lista de objetivos que queremos todos los artistas que estamos aquí para cumplir. Son objetivos que redunden en el bien común y en el diálogo entre las personas, en el reino del amor, de la verdad y de la paz en el mundo. Porque yo no creo que se puede ser feliz en la violencia. Creo que la violencia muchas veces se genera hasta por miedo y parece inevitable. Pero yo creo que todo el mundo quiere la paz, la esperanza y el amor.

Recuperar a los que se alejaron

Ahora bien, que haya gente tan herida que deje de creer, es una realidad. Pero si tú llegaras con esa persona que es incrédula, que está completamente frustrada, que está completamente decepcionada de la vida y de los demás y le aseguraras que se lo puedes devolver, estoy seguro de que lo aceptaría. Y yo creo que es ese el compromiso que venimos a asumir todos aquí, en este encuentro de artistas con el Papa. Tenemos que llegar a eso. Y algo muy importante: yo creo que para que esos proyectos que salgan de aquí tengan credibilidad y aceptación, es que tienen que ser auténticos.

-¿Por qué crees en la autenticidad de los proyectos que deben salir de este encuentro con el Papa?

No puedes tú predicar algo que no vives y en lo que no crees porque no te lo creen. Y los artistas no podemos engañar. El reto más difícil de este encuentro va a ser primero que todos podamos llegar a esas verdades fundamentales en las que todos estamos de acuerdo, empatizamos y coincidimos. Y de esas realidades hablar en nuestras obras, trabajar por el bien del mundo y por el bien de las personas. Para nosotros los que creemos que Cristo es la luz, que la verdad emana de Dios, del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, ¿cómo poder unir fuerzas con las personas que todavía no creen en eso? Aun no han tenido la bendición, el privilegio de conocer el amor que tú y yo conocemos de Dios.

"Yo soy un buscador de la verdad y por eso me acerqué a Dios"

-Si el Papa habla mucho de buscar la verdad, la belleza, la bondad... estos tres elementos, ¿cómo los relacionas, por ejemplo, con tu vida matrimonial, con tu vida artística, con tu vida personal?

Yo soy un buscador de la verdad y por eso me acerqué a Dios, cuando me di cuenta de que alrededor de mi vida había pura mentira y me empezó a dar náusea, repulsa, a generar un vacío, una intranquilidad, una sensación incluso de ansiedad, de decir 'híjole, dónde está la verdad del amor, del sexo, de la existencia humana'.

Un trabajo de descubrimiento interior

Nosotros, los artistas generalmente somos muy profundos, analíticos, sensibles y nos gusta llegar al fondo de las cosas; porque trabajamos con lo invisible, con las emociones, trabajamos con los pensamientos, con las deducciones, con las suposiciones, con las creencias, con los miedos, con las dudas, con las confusiones, con las heridas, con las tristezas. Y todo eso te hace entrar en un trabajo de descubrimiento interior. ¿Cuál es al final la última esencia? Pues Dios.

Entonces, cuando eres un verdadero artista que estás buscando cada vez una esencia más pura y de verdad la estás buscando, te sale al encuentro Dios, el culmen de toda belleza, de toda bondad, de toda verdad.

"El arte tiene que ser responsable"

Los artistas buscamos la belleza, hacemos la belleza, trabajamos con la belleza y Dios es la belleza, Dios es la perfección. Por eso el arte tiene que ser responsable. Claro, porque el arte te tiene que llevar a la belleza, te tiene que llevar a Dios. Hoy en día se le llama arte a todo lo que haga dinero y aparezca en los medios de entretenimiento, y eso no es arte por ahora.

-¿Cómo evitas las tentaciones de salirte de este camino, de buscar a Dios, de estar con tu familia, con tu matrimonio, en tu misión artística?

Mi unión a mi esposa, María [Rojo de la Vega, con quien está casado y es padre de dos hijos], es una fuerza muy poderosa para mí. Ella me fortalece, me hace sentir más fuerte, más seguro y me ayuda en las tentaciones muchísimo. Cuando no está ella me refugio en la oración, la verdad, los sacramentos. Trato de ir a misa lo más seguido. No porque sea una obligación ir a misa a diario, sino porque realmente yo veo el efecto que hace en mí y soy una mejor persona.

Cuando comulgo, soy una persona más amorosa, fuerte, más sensible, una persona con más alegría y más amor en el corazón. Entonces, busco la comunión por esa presencia de Dios en mí, que percibo y que la comunico y la comparto. Entonces me gusta hacer un árbol verde, me acerco a la fuente de la vida.

"He tenido experiencias con el demonio"

-En el cuello tienes un Rosario...

El Rosario, la medalla de Guadalupe, la Virgen Milagrosa y aquí en Italia me voy a conseguir la medalla de San Benito.

-¿Eres fiel de San Benito también?

Es la medalla que se usa contra el mal, es la medalla de los exorcistas, que se usa en los exorcismos por su poder, es el escudo, el emblema más poderoso contra el mal.

-¿O sea, tú crees en la presencia del demonio?

Por supuesto. La he vivido.

-¿De qué manera?

He tenido algunas experiencias, medio difíciles de explicar. Sí, medio místicas. De encuentros con el enemigo, con el "chamuco", como le llamamos en México.

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