El ex senador argentino Esteban Bullrich, cuyo testimonio de vida en su padecimiento de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) conmueve a todo el arco político y social nacional, se encuentra internado en Cuidados Intensivos cursando una neumonía. Las cadenas de oración por su salud se multiplican y son más fuertes que los rumores que casi a diario surgen en torno al desenlace de su salud.
En este contexto, su esposa agradeció las muestras de apoyo e hizo referencia implícita a los días de conmoción que atraviesa la Argentina tras el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y la reacción política ante el suceso: “En nombre de Esteban que tanto ama a su país, y confiando en el amor de Dios, ofrecemos este momento por nuestra querida Argentina”.
Antes de ser ingresado, Bullrich había citado en su cuenta de redes sociales a C.S. Lewis: “Rezo porque estoy indefenso. Porque me surge la necesidad despierto o dormido. No lo cambia a Dios. Me cambia a mí.”
En torno a su manera de enfrentar la enfermedad y el momento político y social que atraviesa la argentina, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina monseñor Oscar Ojea propuso como modelo de oración al político, que al dejar la Cámara Alta dejó un emotivo mensaje:
"No hay ningún problema argentino que los argentinos no podamos resolver si nos ponemos a hacerlo. Pero si nos quedamos en el egoísmo, la chiquita, lo táctico y la especulación, vamos a errar el camino. Einstein decía que si querías resultados distintos no hicieras siempre lo mismo. Ya probamos con la grieta y acá estamos, esta Argentina que tenemos es la resultante de nuestra incapacidad de encontrar soluciones comunes a esos problemas".
Buscar la unidad
"Hemos vivido como una verdadera cruz este último tiempo que nos ha dejado atónitos y perplejos; pensamos que esto podría ser un punto de inflexión", consideró Ojea en su reflexión sobre el Evangelio del domingo. Y propuso que "al poder quedar al desnudo y manifiesto nuestra miseria, como Nación en este momento, nuestras faltas de entendimiento y de diálogo, nuestras faltas a la fraternidad" puedan "convertirse en un punto de inflexión. Cuando uno está atónico y perplejo puede ir hasta lo más profundo y puede intentar revisar actitudes personales", continuó.
En esa línea, el también Obispo de San Isidro sugirió el ejemplo de Bullrich: "Se me ocurrió poner como ejemplo a Esteban Bullrich, este senador que al presentar su renuncia concitó el apoyo de todo el Senado. En estos días Esteban fue internado y escribió aquella frase de –Clive Staples – Lewis ‘Rezo porque estoy indefenso; esto me surge estando dormido o despierto, no lo cambia de Dios pero me cambia a mí'. Este modelo de cómo vivir la Cruz, este modelo de cómo llevar adelante la enfermedad, este modelo de oración, de vida de oración, tenemos que trasladarlo a lo que pasa en nuestro país".
El ineludible destino común de los argentinos, más allá de las discusiones, requiere, en palabras de Ojea, "abrir el camino a una mayor creatividad y a una búsqueda sincera de un mejor encuentro entre nosotros".
Diálogo, acto de caridad cristiana
Bullrich se encuentra internado desde el miércoles 31 de agosto. Durante las últimas semanas se mantuvo activo tanto en su fundación para promover soluciones para pacientes con ELA como en la vida política, comentando y sugiriendo visiones coyunturales al momento del país. Por su cuadro, fue sedado antes de los acontecimientos padecidos por la vicepresidenta y la discusión política posterior. No obstante, su reflexión al dejar la Cámara Alta en diciembre pasado, impedido para ejercer su servicio ciudadano, sigue siendo de inspiración para los tiempos que corren. En aquella ocasión dijo:
"Me voy con la tranquilidad de que acá mismo hay muchos dirigentes que tienen la vocación de construir un mejor país y resolverle los problemas a la gente. Anímense a ejercerla, hagan carne el mandato de la gente, aprovechen que Dios les da la voz y la fuerza para desempeñarlo y tengan el coraje de hacer solamente lo que saben correcto", instó en aquella ocasión a sus colegas.
"No importa cuánto sea lo que nos diferencia, nuestra esencia es común. Y nuestro origen el mismo. Somos seres de Dios y a ese amor no le podemos escapar. Lo que nos divide siempre es nuestra humanidad, lo que nos une nuestra espiritualidad", había dicho en noviembre en diálogo con Aleteia.