Falleció Magdalena Ruiz Guiñazú, emblema del periodismo y de la radiofonía argentina. Tenía 91 años. La trayectoria de Magdalena, cuyo nombre propio alcanza en la opinión pública argentina para que se sepa de quien se habla, será contada en los libros de historia del periodismo sudamericano como una de las más ilustres e incisivas.
Su compromiso con la ciudadanía, la verdad, y la libertad, pilares del periodismo, quedó plasmado tanto en innumerables coberturas, entrevistas, programas, como en su participación en la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, CONADEP, organismo creado para investigar la desaparición forzada de personas durante la última dictadura militar y otros crímenes del Estado.
Su valentía, esos tiempos, y también anteriores, y posteriores, le hizo perder trabajos e incluso sufrir amenazas de muerte. Pero hasta pocos días antes de morir ejerció el periodismo.
Su destreza en el oficio, que ejerció con valentía en años de desmedida violencia institucional, le permitió cubrir eventos históricos y realizar reveladoras entrevistas a importantes figuras del siglo XX como Jorge Luis Borges o Fidel Castro.
Comenzó su carrera escribiendo para una publicación de la Acción Católica, Gente Joven. Entre sus primeros laureles –y llegó a coleccionar todos los que se entregan al periodismo argentino-, se encuentran los premios Santa Clara de Asís, entregados por la Liga de Madres de Familia, y el premio San Gabriel, otrora entregado por la Conferencia Episcopal Argentina. Se trata de los reconocimientos a la labor de los comunicadores comprometidos con valores humanos más importantes de la Iglesia argentina.
Juan Pablo II
Su primera gran cobertura internacional la realizó acompañando en 1980 el primer viaje de Juan Pablo II a Polonia, país natal de Karol Wojtyla. Era plena guerra fría. Con él, conoció el horror de los campos de concentración de Auschwitz.
Las imágenes que allí se encontró, los supervivientes de los campos, el Papa, constituyeron recuerdos inolvidables para ella. A bordo del avión se acercó a Juan Pablo II y se animó a agradecerle por sus gestiones para frenar la guerra fratricida con Chile, un año antes. Fue el viaje más importante de su vida, reconoció tiempo después y en más de una ocasión.
No era su primera aproximación a la figura pontificia. Miguel Wiñazki, compañero suyo ante los micrófonos, evocaba que por el oficio diplomático de su padre Enrique Ruiz Guiñazú, de 1939 a 1941 embajador argentino ante la Santa Sede y luego canciller, Magdalena correteaba de niña por los pasillos vaticanos y recordaba a Pío XII.
No obstante, entrevistada recientemente por Pablo Sirven, recordó una entrevista que no pudo concretar. No logró entrevistar al cardenal Jorge Bergoglio, quien en uno de sus últimos encuentros le dijo que no había llegado el momento aún para ese diálogo.
Congreso Comunicadores Católicos
Acompañó a la Iglesia Católica en I Congreso de Comunicadores Católicos, en 1996, en el que compartió un panel con el obispo Justo Laguna. Su presencia jerarquizó aquel evento, que supone un pilar en la historia de la pastoral de la comunicación en la Argentina. Acudió con su autenticidad y coherencia, elegante y mordaz, aún cuando su oficio interrogando y opinando incomoden a la audiencia. Expuso siempre sus ideas, con las que se podría discrepar, algunas incluso reñidas con las enseñanzas y tradiciones de la Iglesia, con respeto y libertad.
Hizo periodismo hasta el final. Sus últimas apariciones días atrás en Radio Mitre, el medio que la supo ver brillar durante décadas y la arropó los últimos años de su vida, denotaban la lucidez de siempre.
«Desde el Episcopado elevamos una oración confiada por el eterno descanso de la reconocida y prestigiosa periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, que ha fallecido en el día de hoy (lunes 6 de septiembre). Reconocemos su vocación puesta al servicio de la verdad y también su aporte invalorable a la democracia de nuestra Argentina. Hacemos llegar a sus familiares nuestro sentido pésame y pedimos para ella la luz que no tiene fin», escribió el director de la Oficina de Comunicación de la Conferencia Episcopal Argentina, el padre Máximo Jurcinovic.
Más allá del acuerdo o desacuerdo con sus opiniones, Magdalena Ruiz Guiñazú es por su fidelidad a los valores universales del oficio un ícono del periodismo argentino.