En la última semana los homenajes espontáneos y la preparación del funeral de la reina Isabel II de Gran Bretaña inundan las páginas de periódicos y son frecuentes las imágenes ofrecidas por televisión. A la vez, el nuevo monarca, su hijo Carlos III, va cobrando protagonismo.
Por primera vez en 70 años, cuando Jorge VI reinaba el país, el jefe de Estado de Gran Bretaña vuelve a ser un rey. Este hecho ha provocado un cambio en el título de su himno nacional, que ahora será “God Save The King”, Dios salve al Rey.
Interpretado en la Catedral de San Pablo
La misma noche del fallecimiento de la reina, el pasado jueves 8 de septiembre, ya se escuchaba por primera vez a muchos británicos entonar el nuevo himno de manera espontánea cerca del Palacio de Buckingham.
Pero sonó de manera oficial por primera vez al final del oficio religioso que se ofreció en memoria de la reina Isabel II al día siguiente en la Catedral de San Pablo de Londres. Fue entonces cuando todos los asistentes a la celebración de plegaria y reflexión cantaron el himno.
Y no cabe duda de que en pleno siglo XXI que tantísima gente nombre a Dios en un acto público es un hecho digno de destacar. Todos estamos en manos de Dios, hasta el mismo rey.
Origen en los teatros londinenses
El hecho es que la letra y la música de este himno tienen una autoría que hoy en día aún no está del todo clara.
Parece ser que durante el reinado de Jorge II (1727-1760) se produjo una insurrección jacobita: el príncipe Carlos Eduardo Estuardo pretendía el trono de Gran Bretaña. Incluso derrotó a las tropas del rey Jorge en la batalla de Prestonpans, cerca de Edimburgo en septiembre de 1745.
Así que, días después de la debacle militar y en un arranque patriótico para levantar la moral del pueblo londinense, al finalizar las funciones en el Teatro Drury Lane y en el Covent Garden se interpretó un himno. En su letra se hacía referencia al rey Jorge II:
“¡Dios salve al gran Jorge, nuestro rey, Dios salve a nuestro noble rey, Dios salve al rey! ¡Envíalo victorioso, feliz y glorioso, deseando reinar sobre nosotros, Dios salve al rey! “.
El éxito fue rotundo: según las crónicas de la época, tanto la letra como la melodía gustó a todo el público que aplaudía entusiasmado. Así que se realizaron más actuaciones en los teatros de la capital.
Primera edición impresa
Al poco tiempo, la letra y la música estuvieron disponibles gracias a publicaciones como The Gentleman's Magazine y The London Magazine que lo incluyeron en sus páginas.
La primera estrofa, la segunda (“Oh Señor, Dios nuestro, levántate”) y la quinta (“Tus dones más escogidos están reservados”) de las cinco estrofas reconocidas hoy ya estaban vigentes prácticamente desde ese momento. Estamos hablando del año 1745.
Una vez impresa, la canción recorrió todo el país, de norte a sur. Pero su impacto aumentó con la derrota final del príncipe pretendiente al trono en la Batalla de Culloden (abril de 1746).
De canción popular a himno nacional
Así es como “God save the King” pasó de ser una canción de desafío al enemigo a una canción de victoria del rey Jorge II.
El pueblo empezó a usarla y finalmente se adaptó la costumbre de cantarla durante las ceremonias reales o en las ocasiones en las que el monarca presidía un acto. De esta forma la letra y la melodía ya quedó instalada en la memoria colectiva del pueblo británico que la adoptó de manera natural como su himno.
Origen de la frase “God save the King”
Respecto a la frase "God Save the King" es mucho más antigua que esta canción. Se trata de una frase que aparece en el primer Libro de los Reyes, Capítulo 1: versículos 38–40, que narra el relato bíblico de la unción como rey de Salomón por el Sumo Sacerdote Sadoc. E
Ese mismo pasaje y texto también originó la letra de “Zadok the Priest”. Esta pieza fue compuesta por George Frideric Handel para la coronación del rey Jorge II en 1727 y desde entonces esta composición musical se considera el himno que acompaña todas las ceremonias de coronación en Gran Bretaña.
El sacerdote Sadoc y el profeta Natán ungieron rey a Salomón.
Y todo el pueblo se regocijó y dijo:
¡Dios salve al Rey! ¡Larga vida al rey! ¡Dios salve al rey!
Que el Rey viva para siempre. Amén. Aleluya.
¿Cuál es la letra del himno nacional?
A lo largo de los años la letra se ha ido adaptando y ha sufrido muchas modificaciones. Pero actualmente esta es la que suele usarse. Aunque solo se suelen cantar los dos primeros versos de la canción y, en ocasiones oficiales, solo el primero.
Dios salve a nuestro misericordioso Rey,
Larga vida a nuestro noble Rey,
¡Dios salve al Rey!
Envíalo victorioso,
Feliz y glorioso,
que reine largo tiempo sobre nosotros:
¡Dios salve al Rey!
¡Oh Señor nuestro Dios!, levántate,
Dispersa a nuestros enemigos,
Y hazlos caer:
Confunde su política,
Frustra sus engaños,
En Ti ponemos nuestras esperanzas:
¡Dios, sálvanos a todos!
Tus dones más selectos están reservados,
sobre él se complacerá en derramar;
¡Que reine mucho tiempo!
Que defienda nuestras leyes,
Y siempre nos dé motivo
Para cantar con el corazón y la voz:
¡Dios salve al Rey!
Inglaterra sin himno propio
Como curiosidad indicar que Inglaterra como tal, no tiene himno nacional, así que suele utilizar “God save the King”. En cambio, si lo tienen Escocia ("Flower of Scotland"), Gales ("Hen Wlad Fy Nhadau", La tierra de mis padres) e Irlanda del Norte que utiliza la melodía de “Londonderry Air” y la letra de “Danny Boy”.
En varias ocasiones los parlamentarios han debatido sobre adoptar un himno propio para Inglaterra. Entre las canciones candidatas para el puesto se incluyen “Jerusalén”, basada en un poema de William Blake, “Land of hope and glory” (Tierra de esperanza y gloria) o “I Vow to Thee, My Country” (Te prometo, mi país).