Vuelve el otoño y vuelven también las delicias que preparan las religiosas contemplativas en sus monasterios con amor y oración. Este es el don que nos hace precisamente el Convento de Clarisas de Santa María de la Purísima Concepción de Marchena, en Sevilla.
En este convento, desde 1631, estas religiosas Franciscanas Clarisas viven en fraternidad el espíritu de pobreza y alegría como virtudes esenciales, haciendo de su oración dentro del claustro una misión para el mundo.
En su vida diaria, la oración alterna con el trabajo, que es, además de medio de santificación y de sustento, ocasión de encuentro con Dios. Cuando les preguntamos a las Clarisas cuál es el secreto de su sonrisa, nos responden citando a su cofundadora, santa Clara: "Sed siempre enamoradas de Dios".
El secreto de las Clarisas
Este es también el secreto de la receta de sus "dulces de convento", en particular, las cocadas, las frutas de almendras, los pestiños, o el dulce de membrillo, que es tan típico del otoño.
Desde sus propios árboles, lo envasan en una tarrina maravillosa, para que disfrutemos de este manjar. La elaboración es totalmente artesanal y casera, sin ningún aditivo y ecológico. Usan los membrillos que ellas mismas recogen en su huerto.
Hace 13 años plantaron los árboles. Nadie tenía mucha confianza en que prosperaran y dieran fruto. Contaron con la ayuda indispensable de un fraile capuchino, Rafael Pozo Bascón, que les facilitó los plantones de los alevines a través de lo que recaudó con la ONG que creó, Paz y Bien.
Ahora los árboles dan una cosecha generosa y las hermanas pueden elaborar una cantidad grande de dulce de membrillo, lo que supone para ellas una muy buena y necesaria fuente de ingresos.
La comunidad de Clarisas está formada por 22 hermanas, la mayoría de ellas jóvenes y un gasto de aproximadamente 3.500 euros en las cotizaciones de la seguridad social.
La Fundación DeClausura, iniciativa sin ánimo de lucro, ayuda a estos conventos a vender sus productos para que puedan llegar a todos los hogares de España. En este enlace a la tienda de la Fundación, puede encontrar el membrillo de las hermanas Clarisas, esta delicia imprescindible este otoño en nuestras mesas.
Vídeo de elaboración del dulce de membrillo.
Acogida con los brazos abiertos
Cuando se visita la localidad de Marchena es fácil descubrir el convento, pues se halla en la cima del cerro de la Mota. Las religiosas acogen a visitantes, turistas o peregrinos en la Hospedería Santa María.
Para crear este bello pero sencillo lugar de acogida, las Franciscanas Clarisas descalzas han reutilizado trece celdas situadas en la galería superior del claustro.
También alquilan el claustro para la celebración de eventos sociales. Las habitaciones disponen de aire acondicionado y baño, aunque no ofrecen televisión porque se trata de turismo religioso y se debe de respetar el silencio del monasterio.
Dentro de la Hospedería se puede admirar un patio interior del siglo XVII, porticado con columnas de piedra caliza. Rodeado por trece habitaciones confortables, el visitante encuentra un lugar adecuado para el descanso, la oración y el estudio.
Las habitaciones son amplias, incluyen baño individual y aire acondicionado.
Dispone de comedor y salón multiusos, que está disponible para diversos actos culturales con capacidad para 80 personas.
Las reservas pueden hacerse escribiendo a clarisas@clarisas.es o llamando al número (+34) 954 843 983. Más información en www.clarisas.es