separateurCreated with Sketch.

¿Puede Dios forzar a Rusia a detener la guerra?

guerra ucrania
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Philip Kosloski - publicado el 22/09/22
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Dios respeta nuestra libertad, pero puede realizar milagros que podrían traspasar la conciencia de los involucrados

Al orar a Dios por el fin de la guerra en Ucrania, puede ser tentador pedirle que obligue a Rusia a detener el derramamiento de sangre.

Lo que esto implicaría es que Dios anulara la libertad de los gobernantes y soldados rusos y los obligara a detener la violencia.

Sin embargo, por mucho que nos gustara que Dios obligara a Rusia y Ucrania a un alto el fuego, no es así como Dios obra.

Dios respeta nuestra libertad

Puede que no nos guste todo el tiempo, pero Dios nos creó como criaturas libres, no como robots que pueden ser reprogramados.

El Catecismo de la Iglesia Católica explica la libertad que Dios nos ha dado.

Dios no fuerza

Si no se nos diera libertad, o si nuestra libertad pudiera volverse en nuestra contra, ya no seríamos responsables de nuestras acciones.

Si Dios forzara a Rusia en contra de su propia voluntad, violaría nuestra confianza en Él y haría que nuestras propias acciones estuvieran sujetas a los "caprichos" de un Dios injusto.

Si Dios nos quitara el libre albedrío, entonces todo el sistema de juicio divino estaría en peligro.

Y lo más importante: no seríamos capaces de amar a Dios si nos quitaran nuestro libre albedrío.

Los milagros y la gracia pueden influir

Sin embargo, Dios puede “influir” en nosotros de manera positiva a través de la gracia y los milagros.

Esencialmente, la gracia puede obrar dentro de nuestros corazones para que podamos elegir libremente amar a Dios.

Así es como nuestras oraciones pueden influir positivamente en Rusia y Ucrania, inundando a los políticos y líderes de ambos países con un río de gracia, brindándoles todas las oportunidades para detener la guerra.

Aceptar a Dios

Además, los milagros pueden impactar aún más la libre elección de una persona, dándole aún más oportunidades para elegir libremente a Dios.

Los signos que lleva a cabo Jesús testimonian que el Padre le ha enviado. Invitan a creer en Jesús. Concede lo que le piden a los que acuden a él con fe.

Por tanto, los milagros fortalecen la fe en Aquel que hace las obras de su Padre: éstas testimonian que él es Hijo de Dios.

Pero también pueden ser "ocasión de escándalo" (Mt 11, 6). No pretenden satisfacer la curiosidad ni los deseos mágicos. A pesar de tan evidentes milagros, Jesús es rechazado por algunos (cf. Jn 11, 47-48); incluso se le acusa de obrar movido por los demonios (cf. Mc 3, 22).

CIC 548

Los milagros no pueden obligar a Rusia o Ucrania a detenerse, pero les dan la oportunidad de aceptar o rechazar a Dios.

Puede que Dios no nos obligue a detener la guerra, pero puede (y lo hará) proporcionarnos la gracia y los milagros que necesitamos para elegir libremente detener la violencia.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

banner image
Top 10
See More
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.