Un video se volvió viral en las redes sociales católicas brasileñas. En la publicación, la influencer digital Taís Michel explica que su hijo Gael regresó de una fiesta con un tatuaje temporal de una cruz en el cuello. Posteriormente, Taís demuestra que el niño está indignado y no entiende por qué su canguro Michele le pide que se quite el tatuaje para ir a misa "más limpio".
El niño reacciona a la petición de la niñera:
Y concluye con la típica expresión de quien está realmente confundido: "¡No entiendo nada!".
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¿Está equivocado?
El niño, con la ingenuidad de su edad, no veía la hora de mostrar el símbolo más alto de su fe en la Misa. ¿Estaba equivocado?
La cruz es el símbolo del sufrimiento por el que pasó Jesús para salvarnos de los pecados. Y en la Misa revivimos el sacrificio de Cristo. Entonces, ¿por qué anular esta demostración de fe?
Gael vinculó la cruz con la misa al observar el símbolo omnipresente en un lugar destacado de la iglesia a la que asiste. Precisamente a través de estas referencias y estas asimilaciones se construye la fe, promoviendo una mayor cercanía a Cristo.