Desde que publico estos artículos en Aleteia, recibo correspondencia de lectores de todas partes del mundo.
Es gratificante poder compartir nuestras experiencias con Dios, sentirnos unidos y acompañados en este camino de la fe, fortalecernos los unos a los otros. La verdad es que he aprendido muchísimo con ustedes y siento una enorme gratitud.
Justamente hace unos días recibí en email lleno de inquietudes y prometí responderle con este artículo. Puede que su caso ayude a otras personas a las que les ocurre igual. Su email decía:
"Estimado Claudio: Trato de llevar una vida digna de Dios: tengo mi plan diario de vida espiritual, vivo la Santa Eucaristía, recibo el cuerpo de Cristo y soy servidor de mi parroquia como proclamador de la Palabra... pero mi confianza en Jesús es muy pobre. ¿Cómo puedo confiar absolutamente? ¿Será que realmente creo en Él?".
Pedir a Jesús confiar en Él
La pregunta clave de cómo aprender a confiar... no es cualquier cosa. Es fundamental en nuestras vidas.
Jesús en sus apariciones a santa Faustina le había revelado la importancia de la confianza con estas palabras:
¿Por qué confiar? Porque Jesús lo pide. Y promete grandes gracias al que así lo haga.
Para confiar en una persona necesitas conocerla y relacionarte con ella
Hay muchas teorías y prácticas piadosas para aprender a confiar en Jesús. Y algunas son maravillosas. No te hablaré de ellas. Puedes buscar libros de ese tema en tu librería católica favorita.
Deseo cumplir la promesa que le hice a este lector. Te compartiré mi experiencia personal.
Primero veamos lo fundamental. Tenemos que volver al origen, al inicio de todo. ¿Cuál es el origen de todo? La relación personal con Jesús.
La confianza en alguien va determinada por el nivel de relación que tengas con esa persona. No puedo estar haciendo la obra de Dios sin relacionarme con Dios. Ese es un gran error.
No puedes confiar en quien no conoces.
Si un extraño en la calle te detiene y pregunta:”¿confías en mí?”, ¿qué respondes? ¡Por supuesto que no! Debes conocerlo para saber si es fiable, buena persona y cuáles son sus intenciones. Con Jesús ocurre igual. Primero debes conocerlo. Tener una relación cercana y personal con Él y en ese camino aprenderás a confiar.
¿Cómo puedo conocer a Jesús?
Es muy sencillo. Lee los 4 Evangelios, Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Allí te narran su vida, palabras, milagros, peticiones y promesas hechas para ti.
Luego lee el resto del Nuevo Testamento junto a las cartas de san Pablo. Descubrirás en ellas una relación personal, extraordinaria con Jesús.
Hay una frase que leí hace muchos años y aún hoy a mis 65 años, me impacta y me hace reflexionar sobre mi vida y lo que hago con ella, sobre mi fe y mi confianza:
A veces abandonamos a Jesús, por las cosas de Jesús
Te dedicas con tanto afán a tu parroquia, grupos de la Iglesia, encuentros juveniles, etc. y acabas tan extenuado que olvidas lo fundamental, pasar tiempo a solas en silencio con Él. Dejas de rezar y todo se derrumba a tu alrededor.
"Le doy todo lo que pide"
Tomemos dos párrafos del Diario de santa Faustina.
Como ves, todo se basa en la confianza.
¿Qué hice para confiar?
En mi caso, no hice nada especial. Por las noches reflexionaba:
Recuerdo aquella mañana que frente al Sagrario le dije: "Jesús, en ti confío". Me pareció que respondía: "¿De verdad confías?". Miré en mi interior y me di cuenta de lo pobre que era mi confianza.
Lo que decidí para resolverlo fue muy sencillo: pasaría más tiempo con Él en adoración, acompañándolo en un hermoso oratorio cercano a mi casa, que invitaba a la oración.
Postrado en su presencia le pedía:
Enséñame a confiar en ti, Señor
Y Él bondadoso como es, un amigo especial -el mejor de todos-, me concedía lo que le pedía. Y me enseñaban a confiar haciéndome pasar por duras pruebas en las que, saliendo airoso, podía reconocer su ternura infinita, su presencia amorosa en mi vida.
Dedica tiempo a Jesús
Mi sugerencia, por la experiencia que he tenido es simple: "Pasa más tiempo de calidad con Jesús".
Aprendes que no es lo que tú haces sino lo que Él hace, lo que cambia todo.
Si lo acompañas en silencio, con humildad, adorando, rezando, agradeciendo sus favores y pidiéndole que te conceda el don de la confianza en su Misericordia infinita; te garantizo que escuchará tu clamor y te dará lo que pides, pues nada le agrada más que nuestra confianza.
Tener el alma en gracia de Dios te ayudará bastante, créeme, hace la gran diferencia.
Y no temas pedir. Pide en el nombre santo de Jesús:
Pasos para aprender a confiar
Mientras escribía este artículo respondiendo a la pregunta que me hizo este amable lector, me encontré con una charla maravillosa del sacerdote dominico Fray Nelson Medina sobre la confianza.
Es tan edificante que copié el enlace para que puedas verla. Se titula: Pasos para aprender a confiar. No te la pierdas.
Ánimo, ten fe, confía…. Y recuerda:
¿Me permites una recomendación adicional? Si quieres aprender más sobre la confianza, no habrá mejor maestro que el mismo Jesús.
Lee el Diario de santa Faustina Kowalska: La Divina Misericordia en mi Alma. Puedes encontrarlo en cualquier librería católica. ¡Te va a encantar!
¿Quieres compartir con nosotros tus experiencias con Jesús? Te dejo mi email personal. Puedes escribirme. cv2decastro@hotmail.com