Cada año se celebra el programa "Abrazos, no muros" en el que familias de migrantes mexicanos gozan de tres minutos de apertura de las autoridades fronterizas de Estados Unidos, a la mitad del camino entre México y Estados Unidos, entre Ciudad Juárez (Chihuahua) y El Paso (Texas), para poderse reunir y darse un abrazo.
Ojalá fuera una hora
El programa, que cumple su novena edición, es un proyecto llevado a cabo por la organización Red Fronteriza por los Derechos Humanos; en donde las personas tienen pocos minutos para abrazar a sus familiares que residen del otro lado de la frontera.
"Abrazos, no muros" congregó este fin de semana a miles de familias mexicanas que, por tan breve espacio, pudieron abrazar a sus seres queridos; muchos de ellos que no los habían visto durante años.
El comentario de los presentes fue que "ojalá y fuera una hora y no tres minutos".
Sin embargo, el programa binacional ha sido un éxito. El júbilo de madres que no habían visto a sus hijos por lo menos desde el inicio de la pandemia; de pequeños que ven por vez primera a sus papás, de parejas que vuelven a unirse, hizo que esos 180 segundos supieron a gloria. Música de mariachi amenizó el encuentro.
Todos somos humanos ante los ojos de Dios
"Gracias a este programa voy a poder ver a mi familia. Voy a ver a mi hermano y a mi cuñada. En ocasiones anteriores por este mismo programa los he visto, pero mi padre murió hace dos años y no los alcanzó a ver", declaró a la agencia EFE Nuri Yanet, una de las asistentes al evento.
"Es bien difícil y estoy muy contenta", dijo visiblemente emocionada Brenda en entrevista con la Voz de América tras regresar de encontrarse con su familia y compartir durante los tres minutos reglamentarios.
"Yo pienso que debemos vivir en familias unidas sin muros porque todos somos humanos ante los ojos de Dios", explicó la mujer.
Para el amor no hay muros
Otro caso es el de Juan Carlos Regoza, quien tenía 18 años sin ver a su hermana. “Se me hace fantástico el evento, mi padre viene desde Veracruz a ver a su hija, fue un viaje de tres días. Aquí lo importante es que para el amor no hay muros y estoy muy agradecido”, señaló a EFE.
El comentario general fue lo difícil que es estar separados por fronteras humanas. Se calcula que más de 12.5 millones de mexicanos están en Estados Unidos de forma ilegal, y la población mexicana en el país del norte llega a 40 millones de habitantes en este 2022.
Este año ha aumentado el cruce ilegal de mexicanos a Estados Unidos, y por tanto, la cifra de detenidos. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) ha interceptado a más de 2.15 millones de personas en el recientemente concluido año fiscal 2022.
Más mexicanos que no pueden regresar
De esta última cifra, una cuarta parte – cerca de 722.000 migrantes – son mexicanos. Lejos de encontrarse una solución, la frontera entre ambos países sigue siendo una enorme crisis humanitaria. Que no se resolverá con tres minutos de abrazos, pero que demuestra lo que decía Regoza: que para el amor "no hay muros".
Es preciso recordar que los inmigrantes que pasaron a Estados Unidos de manera irregular y no tienen un permiso de residencia, no pueden volver a sus países de origen. Si lo hacen, su ingreso a Estados Unidos queda denegado. Para ellos es la única ventana de oportunidad que pueden tener en un año.