Este 21 de octubre se cumplirá un mes de una medida que ha generado gran expectativa para muchos en Colombia y Venezuela: la apertura del puente fronterizo Simón Bolívar.
Más allá de la importancia para las poblaciones fronterizas, además de lo que implica a nivel comercial, desde la Iglesia de ambos países también se ha seguido este largo proceso de cierre (que duró siete años) a través de diversas acciones. Por ejemplo, la colaboración con las personas que estaban de paso en sitios como Cúcuta (Norte Santander, Colombia).
En efecto, en los últimos días, desde las directivas de las conferencias episcopales de Colombia y Venezuela se recordó –a través de un documento de siete puntos- que han estado en contacto permanente para «intercambiar ideas, propuestas y planes de trabajo para atención del pueblo de Dios».
Con respecto a la apertura de los pasos fronterizos, expresaron lo siguiente: «Es un hecho que vemos con satisfacción, pero que exige de nosotros, como Iglesia servidora del pueblo, que intensifiquemos el trabajo pastoral en comunión, especialmente en el amplio territorio del eje fronterizo colombo-venezolano, desde la Guajira hasta el Guainia».
Compromiso por la paz y justicia
«Conscientes de la misión recibida, nuestras Iglesias de Colombia y Venezuela reafirman su compromiso por la paz y la justicia, que conlleva la reconciliación de todos según el ejemplo de Jesús de Nazaret. Lo hacemos desde nuestro servicio con el cual defendemos la vida, la convivencia fraterna, la solidaridad y la justicia», recuerdan también las iglesias de ambos países en otro de los puntos del documento.
En ese sentido, se recordó también que próximamente habrá algunos encuentros de las dos conferencias, de los obispos de las diócesis de frontera y de órganos de Iglesia vinculados a la atención directa a las personas necesitadas.
«En esta línea prestaremos la atención a los más pobres, excluidos y necesitados, según la exigencia del amor fraterno que nos distingue como discípulos del Señor Jesús. Igualmente pensamos realizar algunos signos y gestos que apoyen nuestra decidida preocupación por todos los hermanos», recordamos las iglesias de estos países sudamericanos.
Espíritu sinodal
«Nuestra reunión ha sido realizada en espíritu sinodal: por ello nos hemos encontrado para escuchar lo que Dios quiere a través de la oración y el diálogo entre nosotros para así discernir sus caminos por los que hemos de seguir transitando en el ejercicio de nuestro ministerio episcopal», continuaron.
En tanto, finalizaron el documento encomendándose a la protección de la Virgen María a través de advocaciones como Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y Coromoto.