El perfil de la "Misión Guadalupana Para El Mundo Desde 1948" en Facebook publicó dos fotos que impactaron a los fieles de varias partes del mundo. En ellas está lo que parece ser la imagen de Nuestra Señora formada en el cielo, en medio de los rayos del sol.
La página, que pertenece a una organización católica mexicana dedicada a la evangelización y difusión de noticias sobre Nuestra Señora de Guadalupe, explica: "Hermosa manifestación de Nuestra Señora en África".
La publicación fue compartida más de 10.000 veces, apareció en otras páginas católicas y se difundió rápidamente a través de mensajes a los celulares. La información que circuló en internet es que la foto habría sido tomada durante el atardecer, justo después de un encuentro de oración que se llevó a cabo en el Santuario Nacional de la Madre de Dios en Subukia, Kenia.
En las redes sociales, los católicos no mostraron dudas de que la imagen que se formó en el cielo es la de Nuestra Señora. "Seguro que vino a bendecirnos", escribió un seguidor de la página donde se publicó la foto. Otra persona publicó: "Qué hermosa prueba para los incrédulos. Madre Santísima, ruega por todos los pueblos y países del mundo, especialmente por África, México y Estados Unidos".
¿Milagro?
Después de que la imagen apareciera en Internet, muchos dijeron que era un milagro.
Sin embargo, es necesario aclarar que los milagros son fenómenos científicamente inexplicables, que contradicen las reglas de la naturaleza tal como las conocemos. El caso en cuestión, sin embargo, puede ser perfectamente explicado por la ciencia.
Para que cualquier fenómeno sea declarado oficialmente como de carácter sobrenatural, son necesarios estudios cuidadosos y detallados.
La Iglesia Católica sigue criterios científicos muy estrictos para reclamar un milagro. Los milagros de curación, por ejemplo, tardan décadas en ser reconocidos. Los hechos necesitan ser cuidadosamente estudiados por médicos, revisados por científicos (en la mayoría de los casos, laicos e incluso ateos), expuestos a la crítica pública y, solo después de realizados todos los estudios científicos, la Iglesia misma realiza el análisis teológico a través del trabajo de sus comités de expertos en teología.
Entonces, ¿estaríamos ante una "señal del cielo"?
Entendiendo por "signo" aquello que contiene un "sentido", ciertamente no hay error en decir que es un signo, es decir, está previsto en el orden natural de las cosas. Por insólito que parezca a nuestros ojos, no significa principalmente la existencia misma de este orden natural. Y esto ya es muy sugerente: hay un orden natural en lugar de una mera casualidad.
E incluso un evento que puede ser explicado por el orden natural de las cosas puede servir como "desencadenante" de importantes reflexiones.
El cristiano cree que Dios nos habla a través de signos, ya sean naturales o sobrenaturales, y que siempre deja la decisión final de cómo interpretarlos a la libertad de conciencia de cada uno.