separateurCreated with Sketch.

Don Carlo Gnocchi, el “padre de los niños mutilados”

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Aleteia Italiano - publicado el 25/10/22
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Conoce a un gran sacerdote que llevó el amor eterno a los niños marcados por el sufrimiento y fundó una obra pedagógica muy activa hoy

El beato Carlo Gnocchi fue un sacerdote que llevó el amor eterno a los niños marcados por el sufrimiento.

Su vida fue una incesante ascensión hacia Dios en compañía de los hombres, para guiar con mano compasiva de padre, a los que solos no lo habrían logrado.

Así, Don Gnocchi marcó de manera indeleble la historia social y civil italiana del siglo pasado.

Nacido en San Colombano al Lambro, en la provincia de Milán, el 25 de octubre de 1902, Carlo Gnocchi fue ordenado sacerdote en 1925.

Asistente del oratorio durante algunos años, luego fue nombrado director espiritual del Instituto Gonzaga de los Hermanos de Escuelas Cristianas. Al estallar la guerra se alistó como capellán voluntario y partió.

Las dificultades despertaron su heroicidad

En enero de 1943, durante la tragedia de la retirada del contingente italiano de Rusia, se salvó milagrosamente.

Y es precisamente en esos días dramáticos cuando madura en él la idea de realizar una gran obra de caridad, que encontrará su realización al final de la guerra con la Fundación Pro Juventud.

De vuelta en Italia, Don Carlo recoge huérfanos y mutilados: cientos y cientos de bocas que alimentar, piernas truncadas a las que dar fuerza para caminar, sufrimientos que sanar y redimir.

Asistencia y alta formación

Su intuición radica en concebir los centros ya no como puros y simples albergues, sino como lugares destinados a favorecer la maduración afectiva e intelectual, la recreación y ocupación de los asistidos, con tratamientos médicos y quirúrgicos.

La extraordinaria modernidad de Don Carlo -explica monseñor Angelo Bazzari, presidente de la Fundación y tercer sucesor de Don Gnocchi- reside precisamente en sostener la necesidad de una acción donde la caridad no se desvincule de la preparación específica al más alto nivel.

Una obra pedagógica muy activa hoy

Entonces su intención era dar vida a una obra pedagógica permanente, un laboratorio de investigación de métodos más válidos para recuperar y elevar la vida.

Y hoy su trabajo continúa: de hecho, 29 centros están activos en nueve regiones de Italia, con más de 3.600 camas, 5.500 agentes y diez mil personas tratadas o asistidas en promedio todos los días.

Don Gnocchi murió en Milán el 28 de febrero de 1956. Su último gesto profético es la donación de sus córneas a dos niños ciegos, cuando el trasplante en Italia aún no estaba regulado por leyes específicas.

Un último acto de amor por una sociedad muchas veces ciega, tardía y lenta ante las necesidades y sufrimientos de los más indefensos.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

banner image
Top 10
See More
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.