El futbolista irlandés James McClean, que juega en Inglaterra, fue blanco de insultos anticatólicos el 15 de octubre, durante un partido de la segunda división del campeonato inglés.
McClean, que es católico, juega actualmente en el Wigan Athletic y, ese sábado, se enfrentó al Sunderland, en el que también había jugado entre 2011 y 2013.
El reencuentro con el antiguo equipo no fue amistoso: McClean fue blanco de insultos anticatólicos e insultos xenófobos de la afición contraria, que gritaba maldiciones contra él, contra el Papa Francisco y contra la fe católica.
Nunca hacen nada
El jugador denunció los cánticos ofensivos en sus redes sociales y acusó a la Asociación Inglesa de Fútbol (FA) de no tomar ninguna medida para frenar este tipo de agresiones. McClean fue incisivo:
"Todos los años los desafío sobre el abuso y nunca hacen nada".
El deportista católico también afirmó que su hijo de 7 años ve todos los partidos y, el sábado cuando se produjo esta nueva agresión, le preguntó a su madre por qué la multitud gritaba y cantaba contra su padre.
Erin, la esposa del jugador, también se pronunció públicamente agradeciendo a la familia los mensajes de apoyo.
El Sunderland publicó el habitual y genérico comunicado en el que repite las palabras de moda habituales: que adopta una "política de tolerancia cero contra todo tipo de discriminación" y que lucha por un "ambiente inclusivo y familiar" en el estadio de fútbol.