La reforma en materia electoral que pretende llevar a cabo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, contando con la mayoría que tiene en el Congreso de la Unión, ha sido duramente criticada por los obispos de México.
En un inusitado mensaje al pueblo de México sobre la iniciativa de una reforma constitucional en materia electoral, el Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dejó en claro que esa reforma es "regresiva".
Es decir, de llevarse a cabo el debilitamiento del Instituto Nacional Electoral (INE) y quitarle su imparcialidad con respecto a las elecciones, México regresaría a los casi 70 años en los que el Gobierno y su partido (el PRI) organizaban las elecciones y contaban los votos.
Amplio reconocimiento al INE
En primer lugar, los obispos agrupados en la CEM expresaron su reconocimiento a la importante labor que realizan en la vida democrática de nuestro país, el Instituto Nacional Electoral (INE) y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
"Se trata de una Institución ciudadana que ha madurado gracias a su autonomía de los poderes políticos y, en estrecha relación con la ciudadanía y la pluralidad de los partidos políticos, ha permitido durante los últimos 25 años la realización de procesos electorales (generales o locales) justos, equitativos, abiertos, transparentes y confiables, de forma legal y pacífica, para la renovación de los cargos de elección popular", expresaron en su comunicado.
El INE (antes Instituto Federal Electoral) ha logrado que la transición a la democracia en México haya sido por la vía pacífica a partir de 1997 y, sobre todo, en el año 2000. El principal fruto fue que el gobierno dejó de ser juez y parte en los comicios electorales.
Es una de las instituciones más confiables de México y un ejemplo a nivel internacional pues "ha motivado la participación y organización de los ciudadanos para ser los garantes de la imparcialidad y legalidad electoral" y ha hecho que los resultados en las elecciones en un país como México sean creíbles.
Mejorar, pero no destruir
La reforma constitucional en materia electoral, por iniciativa del Ejecutivo Federal, que está en proceso en la Cámara de Diputados preocupa a los obispos porque su orientación y motivos, son claramente regresivos, "más aún'", señalan en su comunicado, "constituye un agravio a la vida democrática del país".
Desde luego, piensan los prelados mexicanos, toda institución es perfectible, pero esta reforma, en su opinión, está "destinada a afectar la representación y el equilibrio de las minorías y mayorías, llevando el control de los comicios hacia el ámbito del gobierno federal centralista, afectando su gestión presupuestal, eliminando su autonomía ciudadana y su imparcialidad partidista".
En la intención del documento (que ha levantado ámpula entre la clase política de México) se ve claramente que los obispos están dispuestos a ir más allá de los meros señalamientos.
De hecho afirman que nadie, ni el Presidente ni ningún otro funcionario público tiene el derecho "a impulsar reformas que eliminen o comprometan la fortaleza de las Instituciones que son el soporte del Estado Mexicano, como es el caso del INE y del TEPJF". Y agregan: "La sola pretensión de hacerlo pone en entredicho la calidad moral de quienes la impulsan".
Unidos al clamor popular
Sabiendo de los posibles reclamos que se levantarán tras este comunicado los obispos representando a la CEM aclararon que están al lado de los ciudadanos, de millones de ciudadanos, en un compromiso con el bien común "que es un derecho propio". Por ello piden "detener el intento de minar a estas dos Instituciones, a través de reformar la Ley Constitucional".
Y terminaron con una declaración contundente: "La defensa de nuestras instituciones electorales es responsabilidad y deber de todos los ciudadanos. Por ello decimos junto a millones de voces: no pongamos en riesgo la estabilidad y gobernabilidad democrática del país".