El domingo 8 de mayo de 1988 sucedió algo más que especial para Uruguay, uno de los países más laicos de América Latina. Ese día, el papa Juan Pablo II, en el marco de una gira que lo llevó también por otros países latinoamericanos como Bolivia, Perú y Paraguay, consagró Uruguay a la Virgen de los Treinta Tres, su patrona.
Juan Pablo II en Florida, Uruguay (video diócesis de Florida), y el recibimiento que le dio el obispo de aquel entonces, Raúl Scarrone.
La consagración
«Ante tu imagen sagrada, oh Virgen de los Treinta y Tres, todo el pueblo del Uruguay, que te reconoce como Madre y Patrona, se confía unánime a mis labios para ensalzarte: "¡Feliz porque has creído!", y con inefable gratitud te aclama Maestra de su fe», expresaba parte de aquella histórica consagración.
«Te ofrezco y pongo bajo tu amparo la Iglesia entera del Uruguay, los obispos y los sacerdotes, particularmente los recién ordenados, los religiosos y religiosas, los seminaristas y novicios y cuantos están dedicados al servicio de la evangelización y del progreso de este pueblo: los catequistas, los laicos comprometidos, los jóvenes», dijo el Papa en otro de los pasajes de la consagración en la que encomendó también a todas las familias.
«Que toda la Iglesia del Uruguay, bajo tu valiosa ayuda y ejemplo, trabaje sin descanso por implantar el Evangelio de las bienaventuranzas, garantía de libertad, de progreso, de paz; promueva la solidaridad con las demás naciones hermanas, y todos los uruguayos vivan en armonía y concordia, conscientes de ser hijos de Dios y hermanos en Cristo, sellados por el mismo Espíritu, miembros de la misma Iglesia e hijos tuyos, Madre del Redentor», finalizó el Papa.
La celebración tuvo lugar en el Estadio Campeones Olímpicos de Florida, uno de los 19 departamentos de Uruguay y pequeña localidad ubicada a 98 kilómetros de la capital Montevideo (leer consagración completa aquí).
Consagración de Uruguay a la Virgen de los Treinta y Tres (video diócesis de Florida).
El papa Juan Pablo II rezó por América Latina desde Uruguay
La experiencia de lo sucedido ese día, instancia en la que también hubo 13 ordenaciones sacerdotales, fue recordada por el propio Juan Pablo II algunos años después. Lo hizo durante el rezo del Ángelus el 28 de junio de 1992 y en el marco de una peregrinación espiritual por los santuarios de América para resaltar las celebraciones del V Centenario de la llegada del mensaje evangélico al continente americano:
Recuerdo con emoción mi visita a Nuestra Señora de los Treinta y Tres, el 8 de mayo de 1988 durante el viaje apostólico a aquella querida nación: contemplando la santa imagen, recé por América Latina, pues —como había subrayado aquel mismo día, al recitar el Regina coeli— «la Virgen María, Reina de los Apóstoles, la que con su fe y ejemplo de vida, precede a los heraldos del Evangelio, nos hace sentir la hermandad de todos los pueblos que en estas tierras benditas han acogido la palabra y el bautismo de Cristo. De todos ellos María es Madre y patrona; a todos convoca en una gran familia para la que deseamos esa unidad latinoamericana que ahonda sus raíces en el mensaje cristiano». (Ángelus domingo 28 de junio).
8 de noviembre, la fiesta de la Virgen (peregrinación el 13)
Las palabras de Juan Pablo II siguen más latentes que nunca y cada 8 de noviembre (con misa en la catedral de Florida) el país se rinde a los pies de la Virgen de los Treinta y Tres con motivo de su fiesta.
El obispo de la diócesis de Florida, monseñor Martín Pérez Scremini, recordó en diálogo con Aleteia que cuando sucedió la consagración de Uruguay a la Virgen de los Treinta y Tres tenía tres años de ordenado sacerdote.
En aquel entonces, Scremini estaba vinculado a una parroquia de Montevideo y era formador de seminaristas, pero pudo participar de la misa multitudinaria que se celebró aquel domingo 8 de mayo de 1988.
Con respecto a la celebración en 2022, Scremini comentó a Aleteia que la peregrinación en honor a la patrona de Uruguay tendrá lugar este domingo 13 de noviembre. Ese día habrá una misa en la catedral de Florida, posteriormente un encuentro donde también habrá música en el prado de esa ciudad para luego salir en procesión nuevamente hacia la catedral.
«Al final de la misa se hace la oración de súplica a la Virgen, que se entra hacia el altar mayor, que es por todo el mundo», expresó Scremini, quien expresó también que este jueves 10 de noviembre habrá una nueva edición de «Uruguay le canta a la Virgen» en la catedral.
Uruguay y la Virgen de los Treinta y Tres
La imagen –una talla de madera de apenas algo más de 30 centímetros de largo- acompaña a los habitantes de esa región de América Latina desde antes de existir como país.
Detrás de esta pequeña obra artística, venerada en la catedral de Florida, hay una larga histórica, aunque con la particularidad de no estar acompañada de ninguna señal extraordinaria o revelación particular como otras advocaciones marianas en países de América Latina.
Esta talla hecha con cedro paraguayo data de la primera mitad del Siglo XVIII y fue labrada en las Misiones Orientales de los Jesuitas, recuerda el santuario nacional dedicado a la Virgen.
Fue esta Virgen quien acompañó al cura Santiago Figueredo en la fundación de la otrora Villa de San Fernando de la Florida, lugar fuertemente arraigado a los diversos acontecimientos que dieron posterior nacimiento a la República Oriental del Uruguay. No en vano fue en Florida donde se proclamó la independencia.
A 60 años de la proclamación como patrona
Detrás de todo esto, y acompañando a todos esos hombres -particularmente al grupo reconocido históricamente como el de los «Treinta y Tres Orientales» que estuvieron al frente de la denominada «Cruzada Libertadora de 1825»-, se encontraba esta advocación mariana, algo que permite entender mejor lo de su nombre y protección.
«Ante esta imagen se celebró la Misa por la patria, se cantó el Te Deum, se presentó la bandera tricolor. Por eso, el pueblo espontáneamente fue llamando a la pequeña talla ‘La Virgen de los Treinta y Tres’», recuerda el sitio web del santuario nacional que lleva su nombre.
El general Manuel Oribe, segundo presidente constitucional de Uruguay y uno de los hombres que lideró la gesta, le ofrendó una corona de oro en año 1857. Años más tarde, en 1925, obtiene una nueva corona, esta vez con joyas donadas por mujeres de la época.
Fue el papa Juan XXIII quien en el año 1961 le otorga la Coronación Pontificia. Un año más tarde, el 21 noviembre de 1962, Juan XXIII proclama a la Virgen de los Treinta y Tres como patrona del Uruguay a pedido de la Iglesia local (en 2022 se cumplen 60 años).
Renovación de consagración
En tanto, el 10 de noviembre de 2019, luego de más de 30 años, Uruguay renovó su consagración a la Virgen de los Treinta y Tres, algo que deja de manifiesto la importancia de aquel gesto de Juan Pablo II, hoy santo, en tierras uruguayas.