Emulando los viejos tiempos de Fidel Castro en Cuba, el ex comandante sandinista y actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha consumado una mascarada disfrazada de elecciones municipales; y se ha hecho (oficialmente) de los 153 municipios que componen al país centroamericano.
Además de la persecución inmisericorde a la Iglesia (el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, sigue detenido en prisión domiciliaria y más de diez sacerdotes están en la cárcel acusado de delitos inexistentes), de meter en la cárcel a toda la oposición y de inventar el exilio nicaragüense, Ortega ha maniobrado para que no quede ningún Municipio libre en Nicaragua.
Junto con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, celebraron domingo y lunes la adjudicación total de las municipalidades al sandinismo. Se trató de unas elecciones absurdas, sin competencia y, prácticamente, sin votantes (salvo aquellos que le han manifestado a la "pareja presidencial" su adhesión absoluta).
O conmigo, o al "Chipote"
Las fotografías de los comicios muestran a los miembros de las juntas receptoras esperando a que llegaran personas a votar, en un ambiente de desolación y de abulia. Las 17 cabeceras que engloban a los 153 municipios, no podía ser de otra forma, tuvieron cien por ciento de votos para el oficialismo.
Así las cosas, en régimen de partido único, de pensamiento único, de opción política única se afianza en Nicaragua, con la amenaza de que todo aquel que disienta puede ser acusado de sedición, de traición a la patria y de organización desestabilizadora del Estado sandinista. Y de inmediato será puesto en manos del poder judicial que lo va a enviar al tristemente célebre penal del "Chipote".
El pasado mes de julio el régimen sandinista acabó con las cinco alcaldías gobernadas por la oposición. Para simular la competencia el domingo 6 de noviembre, llevó candidatos de partidos políticos aliados al sandinismo. Obviamente, ninguno obtuvo un triunfo.
Identidades usurpadas
El partido oficial se alzó con el triunfo de las municipalidades de Murra, Santa María, El Almendro, El Cuá, San Pedro de Lóvago y Camoapa, que eran gobernadas hasta el verano por la oposición. Aunque se haya presumido de la alta participación, organizaciones independientes cifran el ausentismo en 82 por ciento del electorado.
Desde el exilio, organismos nicaragüenses mostraron algunos aspectos del monumental fraude electoral que se urdió en las elecciones municipales del domingo 6 de noviembre. Un fraude que, entre otras cosas, se fraguó usurpando la identidad de aproximadamente mil ciudadanos para ponerlos como candidatos en las listas electorales.
Según el último reporte de la autoridad electoral, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) quien manejaba hasta el domingo 141 alcaldías, ahora extiende su poder a las 153 municipalidades, tomando el control de 12 que estaban en manos del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y una de la Alianza Liberal Nicaragüense.
Coacción sin precedentes
El organismo independiente Urnas Abiertas dijo que se trató de "una coacción sin precedentes" hacia trabajadores públicos, opositores y la ciudadanía en general. Según esta organización, el régimen sandinista vigiló a personas en cada casa para evitar cualquier expresión de resistencia; y en algunos casos, para obligarlos a que acudiera a las urnas, según informa el diario español El País.
Por su parte, el periódico Los Angeles Times destacó que la vicepresidenta Rosario Murillo dijo a medios oficiales que las elecciones confirmaron "la unidad alrededor de la paz y el bien, como único camino" para el país centroamericano; que está sumido en una aguda crisis política desde hace más de cuatro años, y con la mayoría de opositores presos o exiliados.
"Vivimos un día ejemplar, maravilloso, formidable, en el que confirmamos nuestra vocación de paz", declaró Murillo. "Un día de concordia, de alegría, de fraternidad, una jornada extraordinaria de democracia", acotó la vicepresidenta de Nicaragua; mientras que su esposo, tras de emitir su voto, dijo: "Más allá del partido al cual se le deposita el voto se está votando por Nicaragua. Y al votar por Nicaragua se está votando por la paz".