«Hermano, ¿cómo estás? Estoy asombrado de ese acercamiento tan abierto de altos representantes de nuestra Iglesia con el gobierno de Nicolás Maduro. Tenía entendido que la relación estaba muy débil, pero esto es otra cosa. Yo tengo mi versión, pero me gustaría saber lo que piensas tú. ¿Qué busca monseñor Peña Parra en Venezuela?».
Un mensaje como éste resonó en el móvil el lunes 14 de noviembre. Era un viejo amigo que, desde algún lugar del mundo, quiso consultar sobre la importante visita que realiza a Venezuela, su país natal, monseñor Edgar Robinson Peña Parra, actual Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado del Vaticano.
Como la mayoría, mi amigo solo sabía lo que días antes publicó la Arquidiócesis de Caracas: que el sábado 12 de noviembre, era la reinauguración del Museo Sacro y Palacio Arzobispal de Caracas y el domingo 13, la misa en la Iglesia de la Candelaria.
El intercambio con el amigo se dio hasta después del mediodía. Antes que repudio o cuestionamiento, surgió un breve análisis sobre la importancia de esta visita del prelado.
La compartimos valorando el respeto hacia los actores de la conversación, pero deseosos de conocer los actos internos de la Iglesia que atañen en la vida de cada venezolano.
Las posibles pistas de la visita de Peña Parra a Venezuela
Peña Parra como Sustituto ocupa un alto cargo y es responsable de muchas tareas directas del Santo Padre: viajes, nombramientos, etcétera. Él no es parte del Colegio cardenalicio. Para ser de ese selecto grupo debe ser creado cardenal. Ello supone dentro del clero, una mayor jerarquía y visibilidad de cara a la Iglesia; un ejercicio de apostolado directo.
El trabajo de Peña Parra en el Vaticano se vincula con la diplomacia: «La conducción de las relaciones internacionales por negociación, más que por la fuerza, la propaganda, o el recurso del derecho, y por otros medios pacíficos», según el concepto de Berridge. Esto lo lleva a visitar países y conversar con diferentes gobiernos, hasta los más tiránicos.
En el caso de Venezuela, donde las relaciones Gobierno/Estado son inexistentes, frías o tibias desde que el socialismo llegó al poder en 1998, seguramente Peña Parra vio llegar el momento de plantear el caso ante el Papa, quien aprobó su visita. Las siguientes, serían las tres posibles razones en la visita que el prelado realiza a su país natal:
1¿Restablecer las relaciones Gobierno / Vaticano y nombrar Nuncio Apostólico?
Monseñor Peña Parra busca restablecer las relaciones del Vaticano con el gobierno de Venezuela y definir un responsable al frente de la Nunciatura. En Venezuela no hay Nuncio Apostólico, el último fue monseñor Aldo Giordano, fallecido a consecuencia del Covid-19, en Italia. El nuncio es el rostro y mensajero del Papa en cualquier país.
Más allá de la comunión y cercanía con las conferencias episcopales; o la amistad muy personal con algunos obispos y sacerdotes, el gobierno del Papa se sustenta en la diplomacia de los nuncios. Esto lo sabe monseñor Peña Parra quien ocupó este cargo en países hostiles y muchas decisiones del Vaticano pasan ahora por sus manos.
No tener un nuncio en Venezuela es como si la Iglesia no estuviera presente o las relaciones fuesen tan duras como las de Nicaragua. «No debemos llegar al nivel de Daniel Ortega que prohíbe actos de la fe, encarcela y expulsa sacerdotes y/o mantiene en silencio a quienes lo denuncian abiertamente, como el obispo Rolando Álvarez», comentamos.
2¿Peña Parra sería nombrado como nuevo Arzobispo para Caracas?
Esta pudiera ser una segunda premisa dentro de estos acercamientos y conversaciones del Vaticano con el régimen de Maduro.
Caracas no cuenta con un arzobispo titular desde el 9 de julio de 2018 cuando el Papa aceptó la renuncia por edad del Cardenal Jorge Urosa Savino. Aunque el Santo Padre Francisco nombró Administrador Apostólico al Cardenal Porras, en realidad fue una decisión para esquivar el rechazo del régimen hacia el arzobispo de Mérida.
Fue muy hábil la decisión, pero ésta no se debe mantener en el tiempo porque no da confianza y representa un fracaso para la diplomacia. También impide la continuidad oficial, institucional e histórica al ejercicio de autoridad en la Iglesia Madre de Venezuela.
Porras –no hay que negarlo- es bien visto por el Episcopado y gente cercana a Maduro, pero algunos prefieren recordar que, durante su gestión como presidente de la CEV, comenzó este desencuentro de la Iglesia primero con Chávez y luego con Maduro. Los sucesos del 11 de abril de 2002, todavía están presentes. No ha sido fácil para la Iglesia.
Así que, para un nuevo Arzobispo en Caracas, sería ideal un «rostro nuevo». Alguien que «no esté familiarizado» a la vista del venezolano; alguien que viva fuera del país. Esa figura la representa monseñor Edgar Peña Parra, quien posiblemente quiere conocer el terreno para darle el sí al Papa que es quien designa esa responsabilidad.
3¿Ratificar a Porras, esta vez, como Arzobispo de Caracas?
La tercera posibilidad que surge de esta visita y encuentros es que el Gobierno eche para atrás sus posiciones hacia Porras y acepte la propuesta de que sea el Arzobispo Titular de Caracas. Porras, con 78 años, superó la edad para esta responsabilidad, pero el Papa con una decisión, resaltaría aún más el prestigio ganado en los últimos años.
El cardenal Porras ha realizado un trabajo inmenso con la beatificación de José Gregorio Hernández y propuestas vinculadas al inicio de otras causas de personas que son modelos de vida cristiana para los venezolanos. Ha sido la figura ideal para abrir la iglesia a la gente, aunque hay sectores que lo cuestionan a media voz, y otros se hacen los renuentes.
La Conferencia Episcopal Venezolana retomó palabras de monseñor Edgar Peña Parra durante un evento cultural este 14 de noviembre en Caracas. Allí resaltó la palabra «apertura», que ha estado presente en el lema del pontificado de Francisco: «Cuando habla de una Iglesia en salida, de abrir las puertas y ventanas de las iglesias, para salir al encuentro de la gente en las calles y en las plazas, y dejar que entre aire fresco».
El 18 de noviembre serán los festejos de «La Chinita», en Maracaibo. Allí se dará una nueva oportunidad, tal vez la más elocuente, para escuchar en voz de monseñor Peña Parra, lo que dijo el profeta Isaías: «¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: "Ya reina tu Dios!"».
