La gente de la región de Mykolaiv ha empezado a volver a sus casas con la esperanza de salvar al menos algunas de sus pertenencias. También las benedictinas que colaboraban con la Iglesia local.
"No podíamos sentarnos y esperar, así que junto con el párroco, el padre Oleksandr Repin, fuimos a Kyselivka, donde se encontraba nuestra iglesia de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María" -explica la Hermana Faustina-. "Esperábamos que tal vez quedara algo allí, encontrar y recuperar alguna cosa...".
Pero al llegar al lugar, no podían creer lo que veían. "Lágrimas rodaron por mis mejillas, mi boca pronunció el Padrenuestro y la paz reinó en mi corazón. El lugar santo, la Casa de Dios, elegido para glorificar a Dios en él, estaba destrozada":
Esperanza en la resurrección
"No había en mí odio ni ira, sólo algo de pesar y un pensamiento reconfortante de que la Iglesia -el pueblo- seguía viva ”, recuerda sor Faustina.
La monja explicó que la mayoría de los feligreses está rezando en la iglesia de Mikołajewo, a unos 55 km de Kyseliwka.
"Alrededor de la iglesia hay cohetes clavados en el suelo, muchos restos de misiles de racimo. Inmediatamente te das cuenta de cómo al mal no le gusta lo que es santo. Te convences aún más de que este mal está penetrando en nuestra tierra, el mal que destruye todo, y especialmente destruye lo que es santo", añadió sor Faustina.
Y expresó su esperanza de que se reconstruya la iglesia y la gente regrese al pueblo tan dañado.
"Esta vista tan trágica, sin embargo, trae esperanza en la resurrección"-afirmó sor Faustina.
Iglesia en la guerra en Ucrania
Los orígenes de Kyselivka se remontan a la década de 1830. Lo fundaron principalmente inmigrantes católicos de Polonia, Lituania y Bielorrusia. Inicialmente, el pueblo se llamaba Polackie, en 1905 pasó a llamarse Kyseliwka.
La pequeña iglesia de piedra de Kyseliwka, a 15 kilómetros al noroeste de Jersón, se construyó en la segunda mitad del siglo XIX y sobrevivió a dos guerras mundiales y al régimen comunista.
Las autoridades soviéticas convirtieron la iglesia en un almacén y luego en un lugar donde se reparaban tractores.
En 1990, la iglesia fue devuelta a los fieles y puesta bajo el cuidado de los sacerdotes. En 2013, el entonces obispo de la diócesis de Odessa-Simferopol, Bronisław Bernackiemplo, consgró el templo.
En marzo de 2022, Kyselivka estuvo bajo el fuego constante de las tropas rusas. La iglesia en la línea del frente fue destruida el 2 de mayo.
El 10 de noviembre, la aldea fue recuperada de manos rusas como parte de la ofensiva ucraniana en la región de Jersón. La oración ha vuelto a resonar en el lugar.