El Black Friday, 25 de noviembre, resume a la perfección el enfoque moderno del consumo: instintivo e inmediato. Un modo de consumo criticado por san Juan Pablo II en su encíclica Centesimus Annus.
Como alternativa, el Papa polaco nos invita a pensar antes de comprar y a considerar nuestras compras a la luz de toda la persona humana, cuerpo y alma:
Al dirigirse directamente a sus instintos, prescindiendo en uno u otro modo de su realidad personal, consciente y libre, se pueden crear hábitos de consumo y estilos de vida objetivamente ilícitos y con frecuencia incluso perjudiciales para su salud física y espiritual.
Nos hace bien recordar que con cada compra hacemos una elección. Una elección que puede beneficiar a la sociedad y a nuestras almas eternas, o que puede perjudicarla. La clave es ser un consumidor informado.
Liberarse de lo superfluo
Si bien san Juan Pablo II no condena el deseo de una vida mejor, sí nos insta a cambiar nuestro deseo de "tener" y centrarnos en lo verdadero, lo bueno y lo bello:
"No es malo el deseo de vivir mejor, pero es equivocado el estilo de vida que se presume como mejor, cuando está orientado a tener y no a ser, y que quiere tener más no para ser más, sino para consumir la existencia en un goce que se propone como fin en sí mismo. Por esto, es necesario esforzarse por implantar estilos de vida, a tenor de los cuales la búsqueda de la verdad, de la belleza y del bien, así como la comunión con los demás hombres para un crecimiento común sean los elementos que determinen las opciones del consumo, de los ahorros y de las inversiones".
Al comprar regalos y otros artículos que nos parecen útiles para nuestra vida diaria, recordemos el deber de la caridad. En palabras de san Juan Pablo II: el deber de dar de lo 'superfluo' y a veces también de lo 'necesario' para proveer a la vida de los pobres".
La Biblia tiene sabios consejos sobre el uso del dinero y los bienes. Aquí 12 perlas: