Marcos tiene 23 años y su gusto por la música empezó desde niño. «A los 10 años comencé a aprender guitarra y a los 15 trabajé mi voz con un profesor que me ayudó muchísimo», recordó a Aleteia.
Marcos nació en una familia católica practicante uruguaya, algo que de alguna manera influyó para que empezara a cantar con otros jóvenes en las misas de la parroquia –lo mismo que en casamientos, ordenaciones sacerdotales o jornadas juveniles- a la cual acude hasta el día de hoy.
Actualmente, Marcos está estudiando producción musical y persiste en el desarrollo de su talento como cantautor. Pero en las últimas horas la carrera musical de Marcos dio un nuevo giro tras quedarse con el primer premio Voz Solista Masculina del concurso internacional «Catholic Gaudium- Mater Fátima», instancia que convoca a jóvenes cantantes de diversas partes del mundo para que compartan su talento musical.
«Fue una experiencia única y enriquecedora, de la que espero abra puertas para seguir creciendo y encontrarse con músicos católicos de América. Y, si Dios quiere, del mundo, en la próxima Jornada Mundial de la Juventud», dijo Marcos a Aleteia, quien también contó cómo ha sido su vínculo con la música, además de proyectos y aquello de ser un músico católico en uno de los países más laicos de América Latina.
– ¿Cuándo y cómo fue que Dios empezó a meterse en tus letras?
Dios me regaló el amor por la música y la inspiración para componer. Siempre supe que quería dedicarme a la música, pero hacer música trascendente, no letras vacías. Considero que el arte tiene que movilizar, tiene que ayudar a crecer, a pensar y en lo posible, acercar a Dios, sobre todo a los jóvenes (aunque he notado que mi música gusta también a muchísimos adultos). Tengo canciones con varias temáticas, algunas hablan de Dios directamente, otras de amor o esperanza, pero siempre manteniendo la identidad cristiana y sus valores.
– La Iglesia de Montevideo te invitó a cantar en el marco de una campaña vinculada a la Navidad. ¿Qué significó eso para ti en aquel momento?
En 2020 tuve el honor de que, en el marco de la campaña «Navidad con Jesús», la Iglesia Católica de Montevideo me invitara a participar de una serie de villancicos junto a otros artistas católicos. El año pasado volvieron a contactarme para grabar un villancico a mi elección. Me sentí muy agradecido y elegí cantar «Duérmete» con música de Carlos Rivera y letra del Coro Tajamar. Tanto la melodía como la letra son hermosas, además admiro mucho a Carlos, que dicho sea de paso me mencionó en su Twitter, promocionando mi versión.
Hace unos meses tuve la oportunidad de cantar el Salmo en la procesión de Corpus Christi, frente a cientos de personas, y realmente fue estremecedor. El 15 noviembre, en el marco de la celebración del Día Internacional de los Pobres, estuve a cargo de la música en la celebración de la Pastoral Social de Montevideo. Fue una Misa hermosa, a la que acudieron numerosos sacerdotes, diáconos y laicos comprometidos de muchas parroquias y movimientos. Me siento muy emocionado y feliz cada vez que formo parte de algo así.
– ¿Te defines como un músico católico o simplemente como un joven católico que hace música? ¿Es por ahí, con temas que hacen énfasis en lo trascendente, que quieres enfocar tu carrera musical?
Soy un joven católico que hace música. Me encanta componer, y de alguna manera, cada acontecimiento fuerte en la vida me inspira a escribir. Tanto en ocasiones felices como el casamiento de un hermano de comunidad o duros como la muerte de mi abuela («Acordes al azar»), de un amigo muy querido con el que tocábamos juntos (él era el batero) o cuando otro amigo cayó preso.
Si bien me gustan las canciones alegres que lleven a la gente a divertirse y bailar, también surgen canciones con un estilo más reflexivo como «Mirar atrás», «Esperanza» o «No me sueltes» al momento de tomar grandes decisiones.
– ¿Alguna fuente de inspiración que quieras compartir, músicos referentes?
En música pop, admiro mucho a Abel Pintos, tuve el honor de abrir uno de sus shows en abril, aquí en Uruguay. Mucha gente me ha dicho que se nota la influencia en mi manera de cantar. Pero no solo lo admiro por su voz, sino porque pinta muchas de sus letras con un toque de espiritualidad, que como artista es justamente a lo que aspiro. En cuanto a músicos católicos, me encantan, por ejemplo, el padre Cristóbal Fones SJ, la Hermana Glenda, Pablo Martínez. En el concurso de Catholic Gaudium elegí temas de Jésed y de Felipe Gómez.
– ¿Cómo vives como joven hacer música con valores religiosos -y no esconder la fe- en un país donde poco valora este tipo de arte? ¿Cómo es el día a día con tus amigos, conocidos? ¿Hay prejuicios o todo lo contrario?
Si bien Uruguay es uno de los países más laicistas de Latinoamérica, he tenido la bendición de tener muchos amigos en la fe, como también amigos ateos. Todos conocen mis creencias. Gracias a Dios tuve pocas experiencias «negativas». Puede haber quien opine diferente, pero creo que en general la gente respeta a quien tiene una convicción firme.
– ¿Nuevos proyectos y lanzamientos?
Actualmente estoy trabajando en un nuevo álbum, pero aún no tengo fecha de lanzamiento, ¡invito a los lectores estar atentos a las redes! Como joven amo cantar en eventos de todo tipo, pero cantarle a Dios siempre se siente distinto. Es a él a quien debo mi talento y a quien confío mi carrera.