El Adviento ocurre todos los años. Nos hemos acostumbrado a ello. Por eso, algunas personas piensan que ya saben qué es el Adviento y cómo vivirlo. Mientras tanto, este periodo tiene muchas paradojas. Señalemos dos.
¡Mantengan la vigilancia!
Esta expresión nos acompaña durante todo el Adviento. Paradójicamente, no se trata de desvelarse como los vigilantes nocturnos que no se duermen.
Aquí en el Evangelio se usa la palabra griega "gregoreo", que proviene del verbo "egeiro", que significa "levantarse del sueño".
Dios nos regala el Adviento para que despertemos y abramos los ojos. Es tan importante en el ajetreo y la rutina diaria...
A la hora que no esperáis, vendrá el Hijo del Hombre
Paradójicamente, el Adviento no es sólo un tiempo de preparación para la Navidad. Se trata de algo más.
Como dice el Evangelio, es un tiempo de preparación para la segunda venida de Jesús.
Al mismo tiempo, todos somos conscientes de que no se trata solo del fin del mundo. Probablemente conoceremos a Jesús antes. Es importante que estemos preparados para esto, porque ninguno de nosotros sabe cuándo sucederá.
¿Qué te propones?
Hemos estado haciendo propósitos de Adviento desde que éramos niños. Cambian con la edad.
A veces alguien no come dulces durante el Adviento, pero cuando crece, sabe que las resoluciones en las áreas de amor a Dios y al prójimo son las más importantes.
Pensemos por un momento cuál es nuestra resolución este año. Es importante que sea una y específica.