Desde hace algo más de seis años, en el interior del convento de las Madres Carmelitas Descalzas de San José en Maluenda (Zaragoza), se respira olor a repostería y son las fechas próximas a la Navidad cuando el aroma es más intenso y variado.
Realizan un total de 26 variedades de pastas de forma totalmente artesanal, manualmente y sin conservantes. Ejemplo de alguna de estas delicias monásticas son los roscos de anís, sultanas, pastas de café, roscos de vino, almendradas, palitos de hojaldre, empanadillas, manoletes, rosquillas de almendra, yemas, morenitos, cortadillos, chocotejas, huesos de santo, guijarros de San José, cocadas y delicias de Maluenda… Todos exquisitos dulces, elaborados artesanalmente.
Talento descubierto en los últimos años
Las Madres Carmelitas Descalzas no siempre se han dedicado a la repostería, algo que muchas personas que visitaban el convento les demanda. Abrieron el obrador con motivo del quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús (2015), aprovechando el gran número de personas que pudieron recibir en esos meses.
El siguiente paso lo dieron animadas por el ayuntamiento, durante «Crónicas de un pueblo», recreación de la vida de Maluenda en los siglos XIX y XX, que les ofreció un puesto de venta de sus productos. Llevaron rosquillas de almendra y poco más. La gente quedó tan contenta que se lanzaron a la repostería.
Durante la Navidad la oferta se amplía con veinte tipos de dulces realizados expresamente para esta época del año: los turrones de frutos secos, nata y guirlache se han unido los de café, crujiente, trufado, coco, fruta, ron y pasas, yema tostada, praliné y de San José.
También hacen almendras garrapiñadas, trufas de chocolate, corazones de café, bombones, castañas, delicias de Navidad, mantecadas de vino, mazapanes, polvorones, glorias de yema y pan de Cádiz. Un trabajo hecho en silencio y entre oraciones para que podamos disfrutar de unos dulces tan especiales.
Un comienzo providencial
Llegar a esta amplia oferta ha sido algo paulatino, un proceso en el que han sumado muchas personas. Empezaron de cero. Necesitaban todo tipo de herramientas y, como la Providencia siempre actúa, una persona de Logroño, que había cerrado su pastelería, se las regaló. Las Hermanas Clarisas de Soria ejercieron el papel de maestras y les fueron enseñando algunos tipos de pastas, que adaptaron a todo lo que exigía el Ministerio de Sanidad. Poco a poco fueron incorporando recetas propias.
Las catorce carmelitas, están deseando vender mucho durante este tiempo de Adviento y Navidad para ir poco a poco sufragando los gastos extraordinarios que van a tener tras las obras de ampliación de su obrador, en una parte del monasterio que se derrumbó hace años.
La superiora de la comunidad, la Madre Teresa Margarita, en declaraciones a la Fundación DeClausura, explica que «es pura necesidad» para poder seguir viviendo de su trabajo.
En esta obra, las carmelitas de Maluenda han experimentado lo queridas que son el pueblo, ya que el constructor y su equipo confían en que ellas les pagarán y, por ello, ya se han puesto manos a la obra sin solicitarles de momento un dinero que no tienen.
Rezan por los benefactores
La madre Teresa Margarita confiesa lo agradecidas que están y confían pagar cuanto antes la deuda. Para ello, además de su trabajo y de su oración, solicita ayuda a todo aquel que pueda echarles una mano.
Las religiosas agradecen de antemano cualquier donación, por pequeña que sea. Por este motivo, solicitan los nombres de todos aquellos que contribuyan a solventar esta necesidad urgente de su comunidad. Su intención es rezar por ellos y poner en el altar sus nombres para decirle al Señor quienes fueron «los ángeles que nos han ayudado en este momento de dificultad», como reconoce la madre Teresa Margarita en declaraciones a la Fundación DeClausura.
«En Navidad, tenemos muchos encargos de gente que nos pide», indica la priora. «Cada una se encarga de un tipo de producto o de una función, como, por ejemplo, colocar en las cajas». En el caso concreto de los mazapanes la confección es totalmente manual, lo hacen sin moldes y les dan formas muy curiosas, como zapatos o flores.
En cuanto a los ingredientes, la madre carmelita señala que procuran recurrir también a proveedores locales: «El chocolate nos lo traen de Atienza, en Ateca, y algunos ingredientes de fruta de Taisi, en Calatayud», indica. Hace unos años, contaron con el apoyo de un profesor para aprender a manejarse con los nuevos turrones.
En cuanto a la venta, atienden tanto en el teléfono móvil +39 608 538 263, en el correo electrónico palomarcicodelavirgendemaluenda@yahoo.es, en su cuenta de Facebook y también presencialmente.
Es posible ofrecer un donativo a través de la página de la Fundación DeClausura (https://declausura.org/donativos), indicando que la ayuda está destinada a las Madres Carmelitas Descalzas de San José en Maluenda.