"No cruce el río (Bravo o río Grande). Ni animen a las personas que en un estado de desesperación y estrés deciden hacerlo. La vida de cada migrante es más importante que cualquier sueño que traten alcanzar… Hay procedimientos legales para hacerlo, esperen la información oportuna y verás de fuentes oficiales… Nada es más importante que tu vida y la de tu familia. El título 42 sigue vigente".
Esto ha escrito en su cuenta de FaceBook Glady Cañas, quien dirige la organización Ayudándoles A Triunfar A.C., un voluntariado que se encuentra en uno de los puntos calientes de la frontera entre México y Estados Unidos, concretamente en la ciudad de Matamoros (Tamaulipas), vecina de Brownsville (Texas).
Una orden de salud pública
Ahí, como en otras ciudades fronterizas, especialmente Ciudad Juárez y Tijuana, pero también Nuevo Laredo o Mexicali, cientos de miles de migrantes, procedentes de Honduras, El Salvador, Guatemala, Venezuela, y de muchos otros países se habían agolpado a la espera de la decisión de la Suprema Corte de Estados Unidos de retirar el Título 42.
Se trata de una política estadounidense que permite la deportación rápida de los migrantes que cruzan sin papeles y que permite a los funcionarios federales expulsarlos sin ninguna otra explicación, salvo que se trata de una orden de salud pública (proveniente de los tiempos duros del coronavirus)
Como lo escribe Cañas en su cuenta de redes sociales, el Título 42 sigue vigente, el tribunal supremo de Estados Unidos alargó su vigencia y ahora muchos migrantes, desesperados, se están aventurando a cruzar las gélidas aguas del Río Bravo para pasar a Estados Unidos y buscar nuevas oportunidades de trabajo, y de vida.
Están desesperados
Cañas –una de las muchas activistas que han surgido en los últimos años y que se han distinguido por su amor a los migrantes—reveló a CNN que hay entre 1.500 y 2.000 migrantes ocupando un campamento improvisado, casi a la intemperie, con temperaturas bajo cero.
"La situación es caótica; los migrantes están desesperados", dice Cañas quien, como en su cuenta de FaceBook advierte que –tras el alargamiento del Título 42--algunos migrantes han perdido la paciencia y cruzaron ilegalmente a Estados Unidos. "Mucha gente está cruzando el río", dijo Cañas quien pide que no lo hagan porque aún hay posibilidades legales de internarse a Estados Unidos, y la vida de las familias, sobre todo de los pequeños, corre peligro.
Cañas es licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública, sin embargo ha dedicado los doce últimos años a trabajar con los migrantes en Matamoros. En ese tiempo Ayudándoles a Triunfar ha brindado apoyo a cerca de 50,000 migrantes. Uno de sus grandes éxitos fue lograr que cien migrantes de Honduras y El Salvador consiguieron su pasaporte para poder internarse legalmente a Estados Unidos.
Una crisis sin salida
No obstante los avisos de que la frontera no ha sido abierta y que el Título 42 está vigente, cientos de migrantes varados en distintas ciudades del interior de México han dicho que van a seguir su camino al norte. En otros puertos fronterizos como Ciudad Juárez (Chihuahua) y El Paso (Texas) se habla de la llegada diaria de hasta 2,500 personas migrantes.
En Ciudad Juárez el caos es completo: hasta 15,000 personas podrían estar esperando para entrar, en oleada a territorio estadounidense. Las imágenes de cientos de familias venezolanas cercanas a las vallas fronterizas han acaparado los medios de comunicación de ambos países. Por desgracia, muchos de los que esperan son niñas y niños. Una crisis humanitaria de la que no se vislumbra salida a corto plazo.