El modelo por excelencia en el arte de discernir y acompañar es la Virgen María, dijo el papa Francisco este miércoles, 4 de enero de 2023, en el Aula Pablo VI del Vaticano.
En la audiencia general del primer miércoles de enero de 2023, Francisco concluyó el ciclo dedicado al tema del discernimiento, completando el discurso «sobre las ayudas que pueden y deben sostenerlo», entre las que destaca el «acompañamiento espiritual importante en primer lugar para el conocimiento de uno mismo, que hemos visto que es una condición indispensable para el discernimiento».
En este sentido, el Pontífice ha puesto como ejemplo a la madre de Jesús: «La Virgen María es maestra de discernimiento: habla poco, escucha mucho y atesora en su corazón (cf. Lc 2,19)».
Ella - afirmó - lo hace con humildad, sin considerarse experta o autosuficiente. María, discípula y misionera, nos enseña a no tener miedo, a alabar a Dios en cada circunstancia de nuestra vida y a “hacer todo lo que Él nos diga” (cf. Jn 2,5).
Tres actitudes de la Virgen
Entonces, el Papa reiteró las tres actitudes de la Virgen para el cristiano que quiere aprender el lenguaje del corazón: «hablar poco, escuchar mucho y atesorar en el corazón». Pues, María - dijo el Papa - «las pocas veces que habla, deja huella».
«Por ejemplo, en el Evangelio de Juan, hay una frase muy corta pronunciada por María que es una consigna para los cristianos de todos los tiempos: “Hacer todo lo que Él nos diga” (cf. 2,5)».
Así, contó una anécdota para ilustrar este gesto de María: «Es curioso: una vez oí a una anciana muy buena, muy piadosa, no había estudiado teología, era muy sencilla. Y me dijo: '¿Sabes el gesto que hace siempre la Virgen? -No sé-, respondí: ‘te abraza, te llama…’. Ella replicó: "No: el gesto que hace la Virgen es éste" [señala con el dedo índice]. No lo entendí y pregunté: '¿Qué significa eso? Y la anciana me contestó: 'Siempre hace señas a Jesús'. Es hermoso eso: la Virgen no toma nada para sí, señala a Jesús».
Haced lo que Jesús os diga
De esta manera, el Pontífice volvió a indicar: «Haced lo que Jesús os diga: así es la Virgen. María sabe que el Señor habla al corazón de cada uno, y nos pide que traduzcamos esta palabra en acciones y opciones. Ella pudo hacerlo más que nadie, y de hecho está presente en los momentos fundamentales de la vida de Jesús, especialmente en la hora suprema de su muerte en la cruz», añadió.
El Papa dijo ante los miles de peregrinos y fieles presentes en aula Pablo VI que esta sería la conclusión de la serie de catequesis sobre el discernimiento.
«El discernimiento es un arte, un arte que se puede aprender y que tiene sus propias reglas. Si se aprende bien, permite vivir la experiencia espiritual de manera cada vez más bella y ordenada. Ante todo, el discernimiento es un don de Dios, que hay que pedir siempre, sin presumir nunca de experto y autosuficiente. Señor, dame la gracia de discernir en los momentos de la vida, lo que debo hacer, lo que debo comprender. Dame la gracia de discernir, y dame la persona que me ayude a discernir.».
Pues, la persona que acompaña no sustituye a Dios, sino que camina junto a la persona acompañada y la anima a leer lo que se mueve en su corazón, que es el lugar privilegiado donde habla el Señor.
«¡No tengan miedo!»
Y afirmó: «La voz del Señor siempre se reconoce, tiene un estilo único, es una voz que apacigua, anima y tranquiliza en las dificultades. El Evangelio nos lo recuerda continuamente: "No temas" (Lc 1,30), qué hermosa aquella palabra del ángel a María después de la resurrección de Jesús; "no temas", "no temas", es precisamente el estilo del Señor: "no temas". "¡No tengan miedo!", nos repite hoy el Señor; "no tengan miedo": si confiamos en su palabra, jugaremos bien el juego de la vida, y podremos ayudar a los demás. Como dice el Salmo, su Palabra es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino (cf. 119,105).», concluyó.
Por último, el Papa saludó cordialmente a los peregrinos de lengua española. «Pidamos a la Virgen María, maestra de discernimiento, que nos ayude a crecer en la vida interior y a caminar, como los magos de Oriente, confiando en las mediaciones que nos guían hacia su Hijo Jesús. Que Dios los bendiga. Muchas gracias».