A menudo, las oraciones más poderosas para expulsar la presencia del mal no provienen de los rituales de la Iglesia ni de los santos. Se encuentran en la Biblia.
Los diversos autores humanos de las Escrituras recibieron la inspiración de Dios para escribir innumerables oraciones. Muchas de ellas estaban dirigidas a la expulsión del mal.
Estas son oraciones poderosas, algunas de las cuales se usan en ritos de exorcismo.
Por ejemplo, el sacerdote siempre dice el Padrenuestro durante los exorcismos, y se cree que es la oración perfecta de liberación.
Entonces, la próxima vez que quieras pedir la ayuda de Dios para expulsar el mal, intenta abrir la Biblia en los siguientes versículos y reza estas oraciones divinamente inspiradas.
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
"¡Levántate, Señor!
¡Sálvame, oh Dios mío!
Tú golpeas en la cara a mis enemigos
y a los malvados les rompes los dientes.
La salvación viene del Señor,
que tu bendición venga sobre tu pueblo"
"Si en medio de angustias caminare tú me harías vivir;
con tu mano paras al enemigo y tu diestra me salva.
El Señor lo hará todo por mí,
Señor, tu amor perdura para siempre, no abandones la obra de tus manos".
"El Señor me librará de toda obra mala
y me salvará guardándome para su Reino celestial.
A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén"
"Yahveh, mi roca, y mi baluarte, mi liberador,
mi Dios, la peña en que me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvación,
mi ciudadela y mi refugio, mi salvador que me salva de la violencia.
Invoco a Yahveh que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos.
Las olas de la muerte me envolvían, me espantaban las trombas de Belial,
los lazos del seol me rodeaban, me aguardaban los cepos de la muerte.
Clamé a Yahveh en mi angustia, a mi Dios invoqué,
y escuchó mi voz desde su templo, resonó mi llamada en sus oídos"