Nacido en 1941 en Australia, este imponente jugador de rugby dudó durante mucho tiempo entre sus predisposiciones deportivas y la vocación sacerdotal antes de unirse al seminario de Melbourne. En 1966 fue ordenado sacerdote. Después de un período en Roma y Oxford, se le encomendaron durante varios años tareas administrativas en la educación católica de su país, así como misiones parroquiales.
En 1987 fue nombrado obispo auxiliar de Melbourne y en la década de 1990 se convirtió en consultor o miembro de varias instituciones de la Santa Sede. En 1996, Juan Pablo II lo nombró arzobispo de Melbourne. En 2001, fue a Sydney - primado de Australia - donde fue enviado por el pontífice polaco.
Un pilar de la reforma económica de la Curia
En 2003, fue elevado a la púrpura cardenalicia y, por lo tanto, participó en los dos cónclaves que nombraron sucesivamente a Benedicto XVI en 2005 y a Francisco en 2013. Este último lo convirtió en uno de los miembros del C9, el consejo de cardenales que debía ayudarlo a reformar la Curia.
En 2014, se convirtió en el nuevo prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, encomendándole el pontífice la difícil tarea de reformar el aspecto económico de una institución empañada por varios escándalos financieros. Durante este período, se opuso en particular al suplente de la Secretaría de Estado, el cardenal Angelo Becciu.
En prisión durante casi dos años
En 2016, el cardenal Pell fue acusado en la prensa australiana de haber cometido abuso infantil. Luego de una intensa batalla legal que lo obligó a dejar sus responsabilidades en el Vaticano, fue sentenciado en 2018 a prisión por actos de abuso sexual de dos menores en 1996 y 1997.
El 27 de febrero de 2019, mientras aún reclamaba su inocencia, el alto prelado fue trasladado a una prisión de Melbourne donde permanecerá hasta el 7 de abril de 2020. Pero el Tribunal Superior de Justicia de Australia anuló la condena al considerar que existe "una posibilidad significativa de que una persona inocente haya sido condenada".
El cardenal Pell regresaría a Roma, donde residió la mayor parte del tiempo. Se reunió con el Papa Francisco varias veces. Combativo, publicó sus Memorias de la prisión en las que relata su experiencia carcelaria y da su pensamiento sobre la Iglesia.
El Papa Francisco lo llama un "genio"
Desde el Vaticano donde residía como cardenal retirado, había comentado la noticia varias veces. Se había regocijado públicamente por la repentina renuncia del cardenal Becciu en septiembre de 2020, y había acogido con satisfacción las reformas de la Curia llevadas a cabo por Francisco, en particular las que limitaban el poder de la Curia donde oficiaba el alto prelado sardo cuando estaba a cargo de la reforma económica del pequeño estado. También elogió la labor de su sucesor, el padre Juan Antonio Guerrero.
Hasta hace poco, y en numerosas ocasiones, el Papa Francisco agradecía públicamente la actuación del cardenal australiano. Este verano, en una entrevista con la agencia Reuters, el pontífice lo había elogiado al presentar al cardenal George Pell como "el genio" que habría sugerido la idea de crear una secretaría de Economía para controlar el flujo de dinero y luchar contra la corrupción.
Poco antes de Navidad, en una entrevista televisiva con la televisión italiana Mediaset, el Papa calificó de "calumnias" las acusaciones de abuso contra el cardenal. "Es un gran hombre y le debemos mucho", agregó.
Con la muerte del cardenal Pell, el colegio de cardenales tiene 223 cardenales: 125 electores y 98 no electores en caso de cónclave.