Hay historias que son universales. Da igual cuando las escuches y cómo las escuches, seguirán siendo actualidad. Una de estas historias está en forma de canción y la cuentan los dos más grandes artistas del country y del soul: Willie Nelson y Ray Charles.
La canción fue publicada en 1984 y fue escrita por Eddie Setter y Troy Seals. Es la historia de dos amantes mexicanos que intentan cruzar la frontera de forma ilegal. Se encuentran con un grupo de justicieros parapoliciales que cuidan la frontera tomándose la justicia por su mano.
Se muestran acorralados. Saben lo que ocurrirá si les cogen, pueden ser ajusticiados y comienza un tiroteo. El le pide a ella una oración: "Él miró sus ojos azules// y dijo:reza una oración por mí // Ella le abrazo y susurró:// Dios nos mantendrá libres".
Él muere y ella sabe cuál es su destino. Ella le dice a Dios: "Padre, perdóname, no puedo seguir sin el hombre al que amo" y se dispone a morir. Aparecerán los siete ángeles hispanos para llevarse a un nuevo ángel a casa: "Había siete ángeles hispanos // en el altar del Sol //Rezaban por los amantes en el Valle de las Armas// Cuando la batalla se detuvo y el humo se aclaró// hubo un trueno desde el trono// y siete ángeles hispanos // llevaron otro ángel a casa".
Una canción de amor y de libertad. Una canción en la frontera que, por desgracia, siempre parece estar de actualidad:
Letra de la canción traducida al español:
Siete ángeles hispanos
Él miró sus ojos azules y dijo:
“reza una oración por mí”
Ella le abrazo y susurró:
“Dios nos mantendrá libres”.
Podían escuchar acercarse a la patrulla, y él dijo:
“Ésta es mi lucha final.
Si me llevan con ellos a Texas
no me dejarán salir con vida”.Había siete ángeles hispanos
en el altar del Sol.
Rezaban por los amantes en el Valle de las Armas.
Cuando la batalla se detuvo y el humo se aclaró,
hubo un trueno desde el trono,
y siete ángeles hispanos
llevaron otro ángel a casa.Ella buscó y cogió el arma,
aún humeante en su mano.
Dijo: "Padre, perdóname,
no puedo seguir sin el hombre al que amo".
Sabía que el arma estaba descargada.
Sabía que no podía ganar
Pero su última plegaria fue escuchada,
y los rifles dispararon una vez más.Había siete ángeles hispanos
en el altar del Sol.
Rezaban por los amantes en el Valle de las Armas.
Cuando la batalla se detuvo y el humo se aclaró,
hubo un trueno desde el trono,
y siete ángeles hispanos
llevaron otro ángel a casa.