¿Eres de las personas que empiezan algo y luego ya no lo terminan? ¿Dejas las cosas a medias? ¿Inicias el año con muchos buenos propósitos, pero muy pronto te desanimas?
Si te pasan a menudo este tipo de cosas, es que te falta tenacidad, disciplina y constancia. Y todo esto tiene que ver con la fuerza de voluntad.
Y efectivamente hay un indicador que nos demuestra qué tanta fuerza tienes. Es esta facultad mental que nos permite luchar y realizar nuestras actividades.
El indicador es la capacidad para vencer la pereza, la pigricia, la holgazanería, y por momentos la pasividad. Y buscar que los demás hagan las cosas por ti y tú no muevas ni un dedo.
Son personas que se convierten en dependientes de los demás y acaban por ser inútiles. Tal vez éste no sea tu caso, pero podrías llegar a ese extremo si no ejercitas a tiempo tu fuerza de voluntad.
Jesucristo vomita a los mediocres, a los tibios a los que no se esmeran y esfuerzan por luchar. Y eso es precisamente lo que tenemos que evitar y ejercitar.
Todo comienza con una intención o propósito. Un querer algo que sea accesible y nada utópico, para que puedas empezar a practicar tu voluntad.
Enriquecer la mente
Tener muy claro un objetivo viable, activa la fuerza para alcanzarlo. Por ello, hay que comenzar con cosas más simples, para ir encontrando la satisfacción que se obtiene al conseguirlas. Lo que a su vez nos motiva a continuar escalando el grado de dificultad y continuar fortaleciendo nuestra voluntad.
Levantarse más temprano o leer una página diaria de tu libro favorito, puede ser un buen comienzo. Hacer limpieza de tus armarios los próximos fines de semana o deshacerse de ropa que ya no usas, puede ser otro ejercicio que te permita hacer algo positivo y ver los avances.
Tienes que imponerte la idea sin que por ningún motivo o pretexto lo dejes de hacer, porque aquí está la clave que rompe con la continuidad. Esto sucede con las dietas, el ahorro o el ejercicio: acabamos encontrando justificaciones y pretextos para ya no hacerlo un día, después dos y acabamos dejándolo.
La fuerza de voluntad se enriquece en la mente al no dejarnos engañar y soltar fácilmente el propósito que tenemos y que bloquea nuestras acciones.
Desde luego que la práctica hace al maestro. Entre más lo repitas y continues, vas a ir adquiriendo la maestría necesaria para que vaya aumentando tu fuerza y puedas lograr alcanzar propósitos más dificiles y complejos. Como emprender un negocio, hacer una maestría o realizar un largo viaje. Es como irle subiendo los kilos a las pesas en los ejercicios musculares: empiezas con cinco kilos y algún día podrás cargar 30.
Con determinación
Al iniciar el año se puede dar uno el lujo de hacer borrón y cuenta nueva, de muchas cosas que no hemos podido lograr los años anteriores.
Es importante, tomar la iniciativa y decidirse por retomar las actividades o propósitos inconclusos y volverlo a intentar.
Hay que comprender que la constancia es una virtud que se puede perfeccionar. Y que por ello muchas veces fallamos sin tener la firmeza para seguir esforzándonos en aquello que deseamos conseguir.
Uno de los puntos claves es tener muy claros los beneficios que vas a recibir al lograr las metas que te has propuesto.
Por lo que también, es determinante saber con exactitud lo que intentas realizar.
Tan sencillo como hacer una lista de esos propósitos y mantenerlos muy presentes todos los días.
La perseverancia es la virtud que nos enseña a progresar con firmeza todos los días. No dejarlo para mañana, o para después: es ahora, en este momento, y no se va a posponer.
Esa dedicación a las cosas que más quieres, te va a ir forjando unos buenos hábitos para que consigas lo que quieres.
Dar ejemplo
Se los tenemo que mostrar a nuestros hijos, y que ellos vean que sí se puede tener esa disciplina. Es uno de los valores que no se educa con palabras, sino con acciones que se ejecutan todos los días.
Perseverar es distinto a ser terco o necio, porque éstas últimas tienen una connotación negativa, pueden ser incluso percepciones e ideas negativas. Incluso llegando a convertirse en vicios. En cambio, perseverar es algo que hacemos positivamente para realizar las tareas que más nos importan.
Las personas exitosas, suelen tener mucha tenacidad, son consistentes y muy firmes para luchar por lo que quieren.
Y esto suele ir ligado a que no se desaniman, cuando vienen los fracasos o las dificultades, se levantan y siguen con lo que iniciaron. Sólo corrigen sus errores y continúan.
Así que este inicio de año, retoma tus propósitos y lucha contra tu pereza mental con mucha fuerza de voluntad y sin pesimismo. Y verás qué buenos resultados vas a obtener muy pronto.