Ocurre una tragedia y todos intentamos encontrar respuestas ante lo sucedido. El ataque a las iglesias de Algeciras ha puesto el foco sobre la radicalización islamista en España, pero también nos hace preguntarnos por qué tienen que suceder cosas así. ¿Por qué el mal?
El párroco de La Palma, Juan José Marina, en una entrevista al semanario español Alfa y Omega confiesa hacerse la gran pregunta del porqué: "Me he pasado la noche entera ante el sagrario preguntando por qué y rezando por Diego".
Está sufriendo un dolor intenso. Hace dos meses casó al hijo de Diego Valencia, el sacristán asesinado y estaba muy unido a él. De hecho nada más conocer el ataque lo primero que hizo, llamarle: "Es mis manos y pies para todo, pero ya no me lo cogió". Llegó corriendo a la parroquia y se lo encontró ya fallecido, "tirado en la Plaza Alta con la cabeza abierta", explica.
Cronología de lo ocurrido
Son varios los testimonios que muestran lo ocurrido durante la trágica noche del miércoles en Algeciras. Todos confirman que el atacante, de origen marroquí, Yasine Kanjaa quería asesinar al sacerdote.
En Mediodía COPE Josefa Moreno, catequista y testigo directo de lo ocurrido, explica el miedo que pasó: "¡Dios mío, qué miedo más grande hemos pasado! ¡Qué locura, qué locura, una locura! Iba a por el cura y se confundió, se creyó que el sacristán era el cura. Fue horrible, horrible, horrible".
Así narra lo vivido: "Yo estaba en el patio con el padre Rubén, que había dado la misa y ya había terminado, cuando sale el sacristán diciendo 'socorro, socorro, que me mata, llamar a la Policía', y se cubría con una de las sillas de aluminio que había en el patio. Y el tío dándole con la catana, dándole, dándole y yo gritando a mis compañeros para que los niños no salieran de las catequesis".
Su descripción de lo ocurrido estremece: "Diego ya iba corriendo, yo iba detrás de Diego y mi amiga Narcisa también y yo decía chillando con el tío detrás con la catana: 'Narcisa nos mata, nos mata", corriendo me puse las manos en la cabeza y le decía "por Dios no me mate, no me mate" y vio a Diego en el fondo y fue corriendo detrás de Diego y lo remató en la plaza alta. Diego estaba boca abajo, todo lleno de sangre. Fue horrible, horrible. Qué locura".
Ataque anterior a otra iglesia
Antes de asesinar a Diego, Yasine ya había atacado otra iglesia. Allí hirió al sacerdote, a Antonio Rodríguez Lucena, quien tuvo suerte o más bien como él mismo afirma, fue "la mano de María Auxiliadora" la que le salvó.
Fue apuñalado por la espalda, la vértebra paró el golpe y fue ingresado y operado en el Hospital Punta Europa de Algeciras. El día después recibió el alta. Un milagro. En el programa Herrera en COPE explica cómo vio al joven acercarse al altar: "No gritaba, pero le vi la mala intención".
Tras recibir el ataque el padre Antonio huyó buscando el exterior. Yasine no atacó a ningún otro feligrés que estaba en ese momento en misa. Se trasladó para perpetrar el segundo ataque que mató a Diego.
El fallecimiento de Diego recuerda mucho al asesinato del padre Jacques Hamel en Rouen (Francia), en 2016. El asesino en este caso no consiguió su objetivo de asesinar a un sacerdote. Fue el sacristán el asesinado, por confusión o porque Diego quiso defenderlo con su vida. "Es un mártir", expresa el párroco Juan José Marina, quien reza y busca respuesta en el único lugar donde pueden dárselas: en el Sagrario.