Todo el mundo quiere la felicidad. Jesús en el Evangelio da ocho claves para ser feliz. Es una especie de "manual de instrucciones" para la vida. A menudo estas palabras de Jesús se toman como la Constitución de los cristianos.
Felices
La palabra griega makarioi a menudo se traduce como "dichosos", pero literalmente significa "feliz". Mira uno de los textos más importantes de la Biblia:
Felices los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Felices los que lloran, porque serán consolados.
Felices los sufridos, porque heredarán la tierra.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.
Felices los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Felices serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos.
Vivir, no vegetar
El beato Pier Giorgio Frassati fue nombrado por san Juan Pablo II "un hombre de bendiciones". Él era un joven alegre, sonriente, atlético, que amaba la montaña y decía que hay que vivir, no vegetar (vivere non vivacchiare).
Las ocho bendiciones que el Señor nos ha dado son solo sugerencias sobre cómo vivir la vida al máximo, y no solo vegetar día a día.
Jesús es el camino
Jesús fue el primero en vivir las beatitudes. Los evangelios hablan de ello. Si Dios mismo vivió de esta manera en la tierra, significa que esta es la mejor manera.
Si queremos seguir a Jesús en la vida cotidiana, vale la pena preguntarse antes de tomar decisiones cotidianas: ¿Qué haría Jesús en mi lugar?