El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez (1958), se ha transformado en una de las voces más contundentes a la hora de denunciar las acciones del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia en Nicaragua y las violaciones a los derechos humanos.
El rol de este obispo nicaragüense -nombrado auxiliar de Managua por el papa Benedicto XVI y actualmente en el exilio en Miami de manera forzada desde 2019- ha sido fundamental durante la rebelión cívica de abril de 2018 y represión del régimen en sitios como Masaya que derivó en una masacre que dejó decenas de muertos.
Pero desde el momento que tuvo que abandonar el país, Báez se ha expresado de manera frecuente con respecto a los acontecimientos y embestidas contra la Iglesia, algo que se endureció de manera significativa en los últimos meses y que tiene como capítulo más reciente la condena a 26 años de prisión del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.
Despojado de nacionalidad y derechos ciudadanos
En las últimas horas se informó que el régimen de Daniel Ortega despojó de su nacionalidad y derechos ciudadanos «de forma perpetua» a otros 94 nicaragüenses (algo que sucede tras la liberación y destierro de 222 presos políticos también despojados de su nacionalidad el pasado 9 de febrero) acusados por el Ministerio Público por el supuesto delito de «traición a la patria», tal cual reproduce Confidencial.
En esa lista está Báez, además del escritor Sergio Ramírez (primer nicaragüense ganador del Premio Cervantes también en aquel año duro para Nicaragua como 2018) y periodistas como el propio director de Confidencial, Carlos Fernando Chamorro.
«¡Dios de la vida y de la liberación! Te doy gracias por ser nicaragüense, un orgullo que nadie jamás podrá arrebatarme. Te pido que nos guíes en el camino hacia la liberación de nuestro país, en donde el pueblo es oprimido y tu santa Iglesia perseguida. Por Cristo, Nuestro Señor», expresó Báez este 16 de febrero a través de sus redes sociales.
También el padre Edwin Román y otros sacerdotes
El de Báez no es el único nombre vinculado a la Iglesia que está presente en la nueva lista. Otro es el padre Edwin Román, a quien han llamado «ángel» de Masaya (fue párroco de la iglesia San Miguel y actualmente se encuentra en el exilio en Miami, Estados Unidos) y otra de las caras más visibles del asedio del régimen de Ortega contra la Iglesia en el país centroamericano.
Según contó a Aleteia, en 2021 salió de Nicaragua por ocho días a bautizar a un sobrino, pero tuvo que quedarse fuera de su país por amenazas de la actual vicepresidenta Rosario Murillo, situación que ha sido complementada incluso por un periodista y diputado sandinistas quienes, a través de un programa de televisión, le ofrecieron cárcel.
Fue por todo esto que, por sugerencia de feligreses, amistades y algunos sacerdotes ha decidido quedarse en Miami
Con respecto a esta nueva decisión del régimen de Nicaragua, el padre Edwin expresó lo siguiente a través de las redes sociales:
«Soy orgullosamente nicaragüense. Se equivocan los dictadores de Nicaragua, Rosario Murillo y Daniel Ortega, que me despojar de mi nacionalidad con un vulgar escrito. Yo no entrego ni vendo la soberanía de mi país, ni a los rusos, ni a los chinos. Volveré en libertad!».
Entre los nuevos despojados de su nacionalidad también hay otros sacerdotes como Vicente Martínez Bermúdez (Matagalpa); Erick Mauricio Díaz Fernández (Matagalpa); Juan Francisco Zeledón Montenegro (Matagalpa); Mangel José Hernández Rivera (Managua); Carlos Adolfo Zeledón Montenegro (Matagalpa); Harving Salvador Padilla (Masaya); Jorge Leonel Mairena Sánchez (Matagalpa) y Uriel Antonio Vallejo (en el exilio y también acusado junto a Álvarez, reproduce Confidencial).
Monseñor Álvarez preso en el «infiernillo»
En tanto, tal cual difundieron medios independientes de Nicaragua como Confidencial y Despacho 505 en base a fuentes eclesiásticas bajo anonimato, Álvarez, el obispo condenado a 26 años de prisión tras negarse a subirse al avión con más de 200 presos políticos rumbo a Estados Unidos, se encuentra aislado y en una celda de máxima seguridad conocida como el «infiernillo» (sector dentro de la cárcel Modelo).
Esta situación, a la que se suma el despojo de la nacionalidad y derechos ciudadanos a personalidades destacadas como Báez y Román (entre otros), continúa incentivando la oración tanto en América Latina como en otras partes del mundo para que de una vez por todas cese la persecución hacia miembros de la Iglesia en Nicaragua.