"Con tus oídos oirás detrás de ti estas palabras: "Ese es el camino, id por él", ya sea a la derecha, ya a la izquierda".
Isaías 30
Esta mañana como de costumbre entré un rato a las redes sociales. Me gusta mucho Twitter porque me entero de las noticias, los últimos acontecimientos y lo que ocurre en nuestra Iglesia y el mundo.
Sigo a muchos sacerdotes y descubro en ellos su humanidad pero más a Cristo que vive en ellos.
También sigo grupos de la Iglesia y evangelizadores que anhelan llevar el Evangelio usando Internet.
No necesitas navegar mucho para percibir de inmediato algunas diferencias de opiniones y divisiones. Son evidentes.
Soy católico, ¿qué debo hacer? ¿Subo comentarios? ¿Participo de las discusiones? Muchos prefieren permanecer callados. ¿Y yo?
Aprendamos de los santos
La Iglesia ha pasado tiempos muy difíciles. A algunos, como a san Francisco de Asís, les tocó vivir tiempos caóticos en la Iglesia, al punto que Jesús le habló a Francisco y le pidió:
"Francisco, repara mi iglesia; ¿no ves que se hunde?".
¿Qué hizo Francisco? Al principio pensó que se trataba de reparar la iglesia de San Damián, pero con el tiempo comprendió que era toda la Iglesia universal. Y se lanzó en la búsqueda de Dios.
Amó, perdonó, fue compasivo, buscó la pobreza, experimentó el santo abandono.
¿Cómo pudo? Vivió el Evangelio en su radicalidad y siguió a Cristo "pobre y desnudo", como explica san Buenaventura, teólogo y sacerdote franciscano, en su famosa biografía de san Francisco de Asís.
¿Te atreves a amar?
Te muestro una solución sencilla, amable lector. He visto cómo un simple gesto, "amar", ha cambiado muchas vidas y entornos y trabajos, y familias. ¿Por qué no lo intentas? Chiara Lubich, la fundadora del Movimiento de los Focolares decía:
- Hay que amar de primero.
- Amar aunque no nos amen.
- Amar a todos.
Me parece que era san Juan de la Cruz quien decía:
"Pon amor donde no hay amor, y sacarás amor".
Me encantan estas palabras de Jesús: "Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos" (Juan 17, 26).
La respuesta a la pregunta es muy sencilla: "Debes amar".
Si amaramos, todo sería diferente.
Pero, ¿bastará amar?
Dicen que las palabras mueven pero el ejemplo arrastra.
Si amas podrás iluminar el camino a otros y ellos a más y así el amor se expandirá, crecerá y nos llenará a todos.
El mejor ejemplo de actualidad está en la obra de misericordia emprendida por la Madre Teresa de Calcuta.
Imagina solo por un momento un mundo en el que todos se amen y no existan disputas ni odios. Sería un lugar increíble para vivir.
Para esto Dios nos enseñó sus mandamientos grabados en piedra y Jesús nos dejó uno más, que estaba incluido en todos.
"Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros.
Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado".
Ama y Dios hará lo demás.
Me encanta leer la vida de los santos. Ellos tenían muchas virtudes y por supuesto, también defectos.
Eran como tú y yo, excepto por sus grandes anhelos de santidad, el aceptar siempre en todo momento la santa voluntad de Dios que es perfecta, y el amar a todos.
Ahora que lo sabes, haz igual: ama y vive el Evangelio.
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¡Dios te bendiga!