Aveces es la segunda toma la que revela una verdad más profunda.
Eso es lo que le sucedió al fotoperiodista Jeffrey Bruno después de que tomó una foto y la publicó en las redes sociales, de una ordenación a la que asistió en Denver, Colorado.
Al igual que los suyos, nuestros ojos van a la dulce y conmovedora escena de dos niños pequeños que imitan lo que han visto, sin timidez ni miedo, solo con el deseo de experimentar lo que es estar acostado en el piso frío de una hermosa catedral dando tu vida a Dios.
¿Una señal de lo que vendrá para ellos? Tal vez.
Pero Bruno volvió a mirar y vio algo más en esa imagen: un padre, a un lado en las sombras, de pie junto a sus hijos, rezando con los ojos cerrados...
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Cuando miramos un poco más profundo, también podemos ver lo que ve Bruno y hace que esta imagen sea más significativa.
La fuerza de una madre
No hace mucho, Bruno capturó otra escena que conmovió a mucha gente cuando la publicó en las redes sociales. Esta vez de una madre, llegando a comulgar con sus hijos, el menor llevado en un portabebé.
Cuando Bruno publicó la foto, la llamó "La fuerza de una madre".
La foto captura un momento que fácilmente podríamos pasar por alto, pero es realmente la columna vertebral de la fe: los padres se presentan con sus hijos, sin importar lo difícil que sea salir por la puerta, para recibir al Señor, para ser contados entre la familia de Dios, para celebrar la vida sacramental de la Iglesia.
El trabajo heroico que hacemos está en el testimonio que damos día a día a través de nuestras acciones, como llevar a los pequeños a Misa para encontrarse con el Señor y su gracia.
Los buenos fotoperiodistas cuentan una historia con sus imágenes, para emocionarnos o inspirarnos.
Estas imágenes del testimonio silencioso de una madre y un padre, en dos iglesias diferentes en dos momentos diferentes, revelan el heroísmo ordinario de la paternidad cristiana y la esperanza que nos trae a todos.