Una peregrinación a Israel, para la mayor parte de la gente, es una visita a los lugares de la vida de Jesús: Nazaret, Belén, Cafarnaúm, cruzar el lago de Genesaret en barca… Pero la Tierra Santa no es sólo el lugar de la Biblia. Es también el lugar donde primero se expandió el cristianismo.
Y por desgracia, para muchos cristianos, esta parte de la historia es completamente desconocida. Se ignora, por ejemplo, que las ciudades alrededor del lago fueron seguramente el primer foco de evangelización a los gentiles, ya incluso antes de la muerte de Jesús.
La "culpa" la tuvo el poseso liberado de la legión de demonios, al que el propio Jesús mandó a contar lo que había hecho con él (sorpresa: en general, Jesús pedía a los beneficiarios de sus milagros que guardaran silencio). No es casualidad que eminentes teólogos como Tom Wright consideren al endemoniado, probablemente un pagano, el primer "apóstol de los gentiles".
Porque el lugar por donde se corrió primeramente la voz sobre Jesús fue precisamente allí, en la Decápolis, a los pies de la ciudad de Hippos, que ahora la autoridad de Parques Nacionales de Israel abre al público. Se trata de uno de los yacimientos arqueológicos más relevantes de los últimos tiempos en Tierra Santa, por su admirable estado de conservación, ya que no había sufrido intervenciones desde que un terremoto la destruyeran en el año 749 de nuestra era.
Hippos está conectada con el yacimiento de Kursi, a apenas dos kilómetros, el lugar donde la tradición sitúa el milagro de Jesús y el "suicidio" de los cerdos endemoniados.
El yacimiento de Hippos - Sussita
Según explica a Aleteia Yosi Bordowicz, director del Departamento de Patrimonio de la Israel Parks and Nature Authority, el hallazgo de Kursi "se produjo por casualidad, en los años 70, durante los trabajos de construcción de la carretera 92. En ese lugar, que hoy está en casi todas las rutas de peregrinación de la Galilea, se encontró un monasterio muy importante de la época bizantina, rodeado por una muralla, con baños, con un hipocausto, etc, y una capilla en la montaña".
La "ciudad" a la que el endemoniado liberado corrió a contar lo sucedido es Hippos, cuya ubicación también se desconocía. Hasta que durante la guerra del 67, las tropas israelíes ocuparon la zona, muy cercana a los Altos del Golán.
Hippos pasó, en los primeros siglos de nuestra era, de ser una ciudad pagana a un importante centro cristiano, con una catedral y siete iglesias. Es interesante porque en la época, alrededor del lago de Genesaret, convivían en paz el cristianismo y el judaísmo talmúdico. Una convivencia representada por dos ciudades que se miraban en cada orilla: la cristiana Hippos y la judía Tiberias.
En Hippos, explica Brodowicz, el visitante "va a tener todas las facilidades en diferentes idiomas y y ver el mar de la Galilea en todo su esplendor. Caminará sobre la historia porque caminará sobre el pavimento antiguo del decumanus maximus, y llegará a los diferentes edificios con las explicaciones, las reconstrucciones. Y podrá ver los diferentes períodos por sus propios ojos, desde el foro romano y los baños romanos, de la basílica romana a la basílica bizantina, la gran Iglesia, la catedral y las diferentes iglesias de la zona".
Aunque es una ciudad pequeña (tiene 550 metros de largo por 241), explica Bordowicz, "el estado de conservación es impresionante. Edificios, con las paredes a varios metros de altura, mosaicos completos, incluidas las inscripciones. Y son cosas que no se ven en cualquier sitio. La ciudad completa con sus calles. La potencia que había ahí, el esplendor que tenía esta ciudad, todo eso se puede ver. No hace falta reconstruir".
Primeros cristianos
Un peregrino que llega a Tierra Santa por primera vez, normalmente viene con una lista de lugares imprescindibles. No puede no ir a Nazaret y no dar la vuelta al mar de la Galilea, ir a Jerusalén y hacer la Vía Dolorosa hasta el Santo Sepulcro. Pero la ventaja de Hippos es que está a mano, junto al Lago de Genesaret, y cerca de lugares que ya están incluidos en los tours tradicionales. Así que pronto podría convertirse en lugar de paso obligado.
¿Qué ofrece de especial una visita a Hippos? "Israel es más que Nazaret y Jerusalén", explica Bordowicz. "Hay otros sitios que cuentan las historias del principio del cristianismo, cuando aún no era la religión mayoritaria de Occidente. Es el caso de Hippos, un importante foco de expansión cristiana".
"Tenemos otro ejemplo en Cesarea, el lugar donde el primer pagano se bautiza cristiano, el centurión Cornelio. Podemos ver la inscripción en el mosaico de la cárcel romana del siglo primero de la cárcel romana, donde fueron arrojados los primeros cristianos".
"Hay muchísimo más que ver en el sur, en el Néguev, sus antiguas iglesias. O Cesarea de Filipo, donde hemos encontrado la iglesia bizantina construida sobre el lugar donde Jesús habría dado las llaves del Reino a Pedro". También Betsaida, lugar de visita tras tras el hallazgo de la Iglesia de los Apóstoles en 2021.
Todos estos lugares cuentan una historia para muchos desconocida: la historia del cristianismo cuando aún no era la religión oficial del imperio romano. Cuando florecía en las pequeñas aldeas alejadas de Roma y a pesar de las persecuciones.
"Cuando uno visita aldeas en el sur de Judea o en el norte de la Galilea, ahí van a encontrar los restos de los primeros cristianos", concluye Bordowicz. Una experiencia para la que seguramente haya que planificar un segundo viaje a la Tierra Santa…