Los periodistas Francesca Ambrogetti y Sergio Rubín publicaron con motivo del décimo aniversario de la elección de Francisco «El Pastor». Se trata de los periodistas responsables de «El Jesuita», libro-entrevista publicado en 2010, tres años antes de que el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio fuera llamado a suceder a San Pedro.
Editado en la Argentina por Penguin Random House, «El Pastor» es fruto ante todo, como el propio Francisco aclara en el prólogo, de la paciencia de los entrevistadores. Es que los periodistas pudieron a lo largo de estos años conversar y entrevistar a Francisco, pero prefirieron tomar perspectiva de los hechos históricos sobre los que interrogaban al Papa.
Y así, el resultado, además de revelar anécdotas y complementar con detalles de episodios de su vida ya escritos, de desmentir hipótesis publicadas como verdades históricas pero que Francisco aquí termina de desterrar, logran una serena mirada complementada por el análisis del propio Papa sobre algunos de los grandes desafíos que ha enfrentado estos diez años.
Un itinerario por el pontificado
Todo empieza en Buenos Aires con la renuncia de Francisco, y sigue poco después en Roma, con referencia a diálogos y encuentros que derivaron en la histórica elección del primer Papa nacido en América. Este primer capítulo confirma la pericia periodística y la habilidad narrativa de los autores, que además de entrevistar, indagar, documentar, verificar, construyen un ameno recorrido. «El Pastor» es un itinerario que lleva por el pontificado de Francisco, no es apenas una acumulación de conversaciones.
Fruto de la paciencia de Ambrogetti, de ANSA, y Rubín, de Clarín, que no se apresuraron en publicar sin perspectiva los diálogos, queda de manifiesto en una y otra ocasión la admiración y el afecto de Francisco por Benedicto XVI, tanto por su valentía al renunciar, decisión que inicia el camino de Francisco, como sus expresiones y sus ideas.
Francisco resalta el manejo de Benedicto XVI con respecto al caso Maciel, y cómo incluso antes de ser Papa investigaba al fundador de los Legionarios de Cristo. También el Papa se expresa cercano y alineado con la visión de Benedicto XVI sobre la especulación financiera, y aclara que todo lo que dice está en la Doctrina Social de la Iglesia.
Entre las versiones que el propio Francisco desmiente está su supuesta pertenencia a Guardia de Hierro o su afinidad al peronismo, y la mala relación con los jesuitas que él ayudó a salvar.
«Me inventaron una mala relación con Jalics», asegura, en una de las múltiples referencias de «El Pastor» al sacramento de la confesión. Franz Jalics fue su confesor. «Es importante tener un buen confesor», aclara. Y destaca a la confesión periódica como una gran ayuda en las crisis de Fe cuando repasa su tiempo en la provincia de Córdoba.
La oración y el diálogo con Dios
La vida de Francisco, presentada por estos periodistas, tiene un continuo diálogo entre una biografía y una propuesta de vida espiritual. Es que entre los pormenorizados análisis de las referencias a los casos de abuso en la Iglesia y cómo el Papa ha intentado lidiar con ellos, y también sobre los manejos económicos de la Santa Sede, Francisco en «El Pastor» repasa cómo reza, cómo lleva su diálogo con Dios.
Entre las distintas anécdotas que evoca algunas involucran al mundo político. Cuenta que en una ocasión funcionarios de un gobierno le ofrecieron participar de una escandalosa maniobra de corrupción, que en otra una ministra de Educación le confesó que debían incluir contenidos de género a pedido de los organismos internacionales de financiamiento.
Pero uno de los momentos más emotivos de las conversaciones es cuando resalta, sin nombrarlo, el testimonio de Esteban Bullrich, senador argentino que renunció a su cargo por su padecimiento de Esclerosis Lateral Amiotrófica. Francisco detiene la conversación para, con la autorización de los entrevistadores, leer la carta de despedida del Congreso de Bullrich.
Es tanta la confianza que el Papa establece con los entrevistados, que hasta se somete a un test de personalidad dibujando unas figuras que el libro publica.
No es que «El Pastor» sea el libro definitivo del Papa. Su obra, su visión, está al alcance de todos en el repositorio documental de la Santa Sede. Y las entrevistas ayudan a clarificar hermenéuticas.
La sensación de una obra aún sin final
Pero sí, a diferencia de otros libros sobre él, de otras conversaciones publicadas, «El Pastor» deja sensatamente la sensación de ser una obra aún sin final. La templanza de los autores al buscar la perspectiva del fenómeno que contemplan inspira a hacer lo mismo, incluso leyendo el libro: a tomar distancia de Francisco y a escapar de la tentación de zambullirse en la fascinación por juzgar al instante, favorable o despectivamente, cada cosa que hace o dice.
Oportuna invitación, puesto que quedan capítulos por escribir en la historia de Bergoglio-Francisco. Tanto en el hilo narrativo iniciado con «El Jesuita» y continuado con «El Pastor», como en la huella y la influencia de Francisco en la vida de la Iglesia.