Una muestra con imágenes blasfemas montada en la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza, terminó con destrozos luego de la concurrencia de un grupo de personas que rechazaban el carácter agresivo para con la fe cristiana de algunas de las obras expuestas.
Los destrozos ocurrieron luego de que el grupo se haya congregado a rezar delante de las imágenes más agravantes de la exposición.
En una de ellas, el torso de lo que por el manto que recubre a la figura sería la Virgen simulaba ser una vagina. En otra, se presentaba el cuerpo de una mujer desnuda como si fuese Cristo, aunque el rostro parece provenir del cráneo de, según los reportes, un burro.
Aunque no se pudo verificar la existencia de intertextualidad, la obra parece remitir a lo que es la primera blasfemia de la que se tiene registro, titulada «Grafito de Alexámenos». Se trata de un grafito encontrado en un muro del monte Palatino, en el que se presenta a Jesús crucificado con rostro de asno. Encontrado en el siglo XIX, los estudios lo datan a finales del siglo primero.
Una muestra polémica
La muestra «8M Manifiestos Visuales» se encontraba bajo la lupa y había recibido ya numerosas críticas desde los propios alumnos y profesores de la universidad, entidades de la Iglesia y organizaciones de la sociedad civil.
Con la participación de docentes, alumnos y graduados, fue inaugurada con el objetivo, entre otros explicitados, de «promover la visibilidad de reivindicaciones y conquistas de derechos de las mujeres a través de dispositivos visuales, narrativas, sentimientos y relatos de la producción artística». También «contribuir al establecimiento de una mirada reflexiva desde el arte sobre la sociedad patriarcal, entre otros objetivos».
«Sorprendidos y ofendidos por la muestra irreverente que se ha realizado en el edificio del Rectorado de nuestra Universidad, solicitamos Usted retira a la brevedad posible las imágenes que, reproduciendo de manera ofensiva y grosera imágenes y símbolos religiosos católicos, forman parte de la exposición que se exhibe», expresaba la carta pública enviada por miembros de la comunidad universitaria a la Rectora de la Institución.
Asimismo, refirieron a varias ocasiones en las que «se han retirado de manera violenta imágenes religiosas de la Universidad por alegar que ‘ofendían’ a quienes no estaban dentro del mismo credo o ‘sistema’ y ahora nos encontramos que usan estas mismas imágenes prohibidas y excluidas para enfatizar una postura que de todas maneras ofende nuestra fe y ataca de forma violenta la convivencia en esta casa de estudios, que es de todos, según consta en sus estatutos».
En un comunicado de la Arquidiócesis junto con la Pastoral Social se hizo eco del dolor expresado por personas de la comunidad universitaria y fieles en general por la «falta de respeto a su fe» del contenido que «hiere gravemente nuestras convicciones religiosas».
La muestra, afirma el comunicado, «contiene elementos que, desde lo caricaturesco, ejercen una violencia simbólica sobre signos religiosos cristianos, no solamente católicos, traicionando el camino que queremos recorrer de respeto y plena vigencia de todos los derechos humanos, incluidos los religiosos».
Asimismo, la arquidiócesis llama a «instituciones representativas y muy valoradas de nuestra querida Mendoza, a cuidar la convivencia democrática en tiempos de tanto dolor y división del tejido social».
Llamado al diálogo
El Consejo Superior de la Universidad tenía previsto reunirse para debatir sobre la polémica el miércoles. Pero si bien institucionalmente no había expresiones formales sobre la muestra, tras la destrucción de las polémicas imágenes, se emitió un comunicado en el que las autoridades «condenan todo tipo de violencia y llaman al diálogo».
«La UNCuyo, con su pluralidad de ideas, visiones y pensamientos ofrece su espacio para la reflexión. Llama a la escucha y a aceptar las diferencias en paz», completa.