Nació el 29 de mayo de 1891 en Legnano (Milán, Italia), pero su corazón está fuertemente arraigado a América del Sur (continente muy amado por Don Bosco) a través de Ecuador. Se trata de Carlos Crespi Crosci, un misionero salesiano multifacético, cuya larga barba también se ha transformado en uno de los principales signos de su identidad.
Un sueño
En efecto, según recuerda la propia web de la congregación de los hijos de San Juan Bosco, conoció a los salesianos cuando tenía 12 años en el Colegio de San Ambrosio en Milán. Fue durante esa etapa de estudios donde aconteció algo sorprendente que el propio Carlos develó después:
«La Santísima Virgen me reveló algo en un sueño … Me veía a mí mismo vestido de sacerdote con una larga barba en un viejo púlpito y yo estaba predicando a una cantidad de gente. El púlpito parecía más bien que estaba en una cabaña que en una iglesia…».
Ciencias, matemática y música
«En 1903 Carlos fue a los Salesianos en Valsalice (Turín), y se sintió llamado por Don Bosco», prosigue la web de los salesianos. Fue recién en 1910 cuando hizo su profesión final y se recuerda que tuvo como compañero a Renato Zigglioti, futuro sucesor de Don Bosco.
No obstante, además de estudios vinculados a teología y filosofía, Carlos se destacó por ser multifacético gracias a enseñar diversas disciplinas como ciencias naturales, matemática y música.
«En 1917 fue ordenado sacerdote. En la Universidad de Padua descubrió la existencia de un microorganismo no demasiado conocido, lo que provocó el interés de científicos», señala otro pasaje de la web de los salesianos.
Posteriormente, en 1921, obtuvo su doctorado en Música. Fue en 1923, siguiendo lo que le había trasmitido la Santísima Virgen, que se fue de misión a Ecuador.
En Cuenca (Ecuador)
El primer punto de contacto entre Carlos y aquella tierra, Ecuador, que había soñado de la mano de la Virgen María fue Guayaquil e inmediatamente Quito. Sin embargo, el sitio en el que se quedó durante el resto de su vida fue Cuenca.
«Allí empezó su formidable trabajo para los pobres: instaló la luz eléctrica en Macas, abrió la escuela agrícola en Yanuncay, y logró el envío desde Italia de máquinas y personal especializado. Pudo abrir varios talleres, creando la primer Escuela de Artes y Oficios, que fue después conocida como la Universidad Politécnica Salesiana (UPS)», se destaca.
Posteriormente, en 1940, abrió en Yanuncay la Facultad de Ciencias de la Educación, siendo Carlos su primer rector. En esa zona dejó su huella también a través de la inauguración de la escuela primaria «Cornelio Merchán» para los chicos más pobres. Lo mismo con respecto a un centro de estudio para los salesiano con destino a la parte oriental de Ecuador.
En el confesionario
Sobre este salesiano se relata que fundó el Museo Carlos Crespi. Pero más allá de estos aspectos, aparece de manera pronunciada a nivel espiritual la difusión de la devoción a María Auxiliadora. Lo mismo así su larga labor en el confesionario (especialmente en los últimos años de su vida, que estaba lleno de gente, subraya la página de los salesianos).
«Lo llamaban espontáneamente: “San Carlos Crespi”. Estaba siempre entre los pobres: las tardes de los domingos enseñaba catecismo a chicos de la calle dándoles su “pan diario” así como también un rato de esparcimiento», se puntualiza. También se expresa que organizó talleres de costura para las niñas pobres de la ciudad.
Toda esta labor de misionero hizo que Carlos recibiera muchos honores, entre los que aparecen los siguientes:
Medalla de Oro al Mérito del Presidente de la República de Ecuador; Canónigo Honorario de la Catedral de Cuenca; Medalla de Oro de la Educación del Ministerio de Educación.
También fue distinguido por la República Italiana; declarado «ciudadano ilustre del Siglo XX de la ciudad de Cuenca». Y Doctor Honoris Causa post mortem de la Universidad Politécnica Salesiana.
Carlos murió en Cuenca el 30 de abril de 1982 y la investigación diocesana para elevarlo a los altares se abrió el 8 de diciembre de 2006.
Venerable
«Verdaderamente una figura de gran profundidad espiritual, misionera y cultural que transmite un fuerte mensaje de esperanza y nos ofrece el testimonio de una vida totalmente entregada a la causa del Reino de Dios al servicio de los pobres y de los pequeños, con el dinamismo apostólico y la alegría salesiana de Don Bosco», comentó hace un tiempo a la Agenzia Info Salesiana el padre Pierluigi Cameroni, postulador general para las Causas de los Santos de la familia salesiana.
El pasado 23 de marzo, el papa Francisco aprobó el reconocimiento de las virtudes heroicas de seis nuevos venerables. Entre ellos estaba este multifacético misionero salesiano de barba larga, cuyo legado permanece intacto en América Latina.