Cuando el obispo Víctor C. Ocampo falleció a los 71 años, dejó atrás a su leal amigo y mascota, Labs. En algunas fotos conmovedoras que compartió la diócesis de Gumaca en Filipinas, se puede ver al magnífico perro llorando la pérdida del tercer obispo del distrito.
Las fotos muestran a Labs muy triste, que parece perdido en sus pensamientos y firmemente fiel a su antiguo dueño, quien murió de un ataque al corazón.
Las imágenes nos recuerdan el importante papel que juegan los perros en nuestras vidas , y el gran compañerismo que brindan. Son un regalo de Dios, trayendo gran consuelo y ayuda para nosotros.
Es hermoso pero también desgarrador ser testigo de la fidelidad que Labs tiene para con el obispo. Sin duda, deben haberse dado compañía y alegría el uno al otro durante el tiempo que estuvieron juntos bajo el mismo techo.