El 1 de abril, la Policía Nacional informó de una reciente operación policial contra un grupo sectario de tipo neochamánico que tuvo lugar en la localidad barcelonesa de Sant Pol de Mar. En los últimos meses ha habido otras intervenciones semejantes en España (entre ellas, una en septiembre de 2022 en Asturias, y otra en noviembre del mismo año en Barcelona).
La operación policial
Los agentes llegaron al lugar de reunión cuando se estaba realizando un retiro en el que participaban 23 personas que iban a consumir “sustancias que producen grave daño a la salud”, según la Policía, que advierte de que los adeptos, “bajo los efectos de estas sustancias, se vuelven más vulnerables y manipulables, lo que facilita su captación y vinculación al grupo”.
En concreto, los policías decomisaron diferentes cantidades de compuestos alucinógenos como ayahuasca (sustancia de origen vegetal), bufo alvarius y kambó (ambas de origen animal) e incluso mescalina (un psicoactivo que se obtiene de cactus alucinógenos). Además, interceptaron un paquete que habían enviado desde el grupo con casi un kilo de mescalina.
Fue una operación conjunta de la Policía Nacional de Barcelona y de funcionarios de Vigilancia Aduanera, además de las autoridades de Inspección de Trabajo y de Extranjería, al haber personas en situación irregular en estas áreas.
El discurso victimista del grupo intervenido
Aunque la Policía Nacional en ningún momento ha dado detalles sobre el nombre del grupo o de los detenidos, en su página web personal, el líder de la Escuela Floresiendo, Sergio Sanz Navarro, ha revelado ser el protagonista de la operación. Y lo ha hecho así: “¿Era necesario? 40 policías allanaron violentamente el jueves [23 de marzo] nuestra casa de Sant Pol de Mar durante un retiro con uso de ayahuasca con el propósito de instaurar una dictadura psicológica metiendo miedo a través de la intimidación”.
El gurú se refiere a los informes que utiliza la Policía Nacional para realizar estas actuaciones como “ponzoñosas acusaciones”. Y no sólo eso: la Escuela Floresiendo ya está montando a toda prisa un documental “sobre el impacto dañino que tuvo en la salud psicoemocional de los participantes de nuestro retiro con uso de ayahuasca el allanamiento violento de la policía”.
Pero ya en noviembre de 2022, después de otra operación semejante de la Policía española, los líderes de Floresiendo se defendían de forma preventiva en sus redes sociales: “nosotros no cumplimos con los criterios de una secta”, porque pretendían “prevenir este tipo de posibles allanamientos violentos en busca de criminales o líderes sectarios que nosotros no somos”.
Y desgranaban una serie de argumentos: “no tenemos establecido ningún tipo de culto… no estamos en contra del sistema establecido… no tenemos ningún líder o gurú al que adorar… no somos chamanes ni pretendemos serlo… Nosotros sólo te apoyaos a que sigas tu corazón”. Palabras atractivas, típicas de los grupos sectarios que intentan desmentir su carácter real.
La realidad preocupante que hay detrás
El grupo, dirigido por Sergio Sanz (que asegura ser graduado en Psicología) y Flor Soeiro, convoca a retiros –también llamados “encuentros holísticos”– en sus centros –o “comunas”– de los que dispone en España (Barcelona) y Uruguay (Colonia del Sacramento). En la publicidad se habla siempre del uso de “enteógenos”, el neologismo (o más bien eufemismo) para dar un sentido espiritual al uso de lo que son, realmente, alucinógenos. Y se refieren a esas sustancias como “medicinas naturales”, con el peligro que esto trae consigo.
Además, organiza ciclos formativos para “facilitadores”, es decir, personas que después podrán trabajar al servicio de la Escuela Floresiendo u organizar sus propios retiros, en una dinámica muy común en los ambientes pseudoterapéuticos New Age, que tiende a expandir el negocio a modo de franquicias o grupos escindidos.
Aunque su principal vía de proselitismo son las redes sociales de Internet, la Escuela Floresiendo también realiza actividades presenciales para atraer a posibles clientes, como ceremonias de cacao. O la conferencia gratuita titulada “Ayahuasca” que tuvo lugar en noviembre de 2022 en un hotel de Tarragona con el siguiente reclamo: “Una experiencia para descubrir nuestra infinita capacidad de abrazarlo todo y liberarnos de las tiranías mentales”.
El año pasado los responsables del grupo organizaron una conferencia titulada “Ayahuasca y psicoterapia”, planteando a los posibles interesados las siguientes cuestiones: “¿Pueden ayudarnos estas herramientas a liberarnos del sufrimiento psicológico? ¿Son útiles para que el amor y la libertad inunden este mundo?”. Es fácil adivinar cuál es la respuesta dada a los asistentes en un acto de este tipo. También pueden vislumbrarse los peligros para la salud mental de las potenciales víctimas.
Expansión desde España hacia América… y más allá
La acción de este grupo no se limita a España. Como otras sectas neochamánicas, cuenta con una proyección internacional. Por ejemplo, para esta temporada 2022/23 ha organizado un ciclo formativo para “facilitadores” en Uruguay y Argentina, que publicitaban recientemente como “asistida con enteógenos, integración psicoterapéutica y trascendente y comunicación expansiva”. También ha tenido encuentros en otros lugares, como Asunción (Paraguay).
Pero las aspiraciones de la Escuela Floresiendo van mucho más allá. Hace menos de un año tradujeron su página web a otros diez idiomas, los más hablados del planeta, para ampliar su público, “para que esta oportunidad llegue al mundo entero”. Su líder asegura que están “constituidos fiscalmente como sociedad limitada de expansión ilimitada”. Cuanto menos, preocupante.