A medida que se acerca la Pascua, el Papa Francisco instó a los cristianos a deshacerse de las "cosas innecesarias" en la audiencia general que presidió el 5 de abril de 2023 en la Plaza de San Pedro.
Durante esta audiencia, que tuvo lugar cuatro días después de su alta del Hospital Gemelli, donde fue tratado por una bronquitis, el Papa mostró leves signos de fatiga en su voz, pero improvisó largos pasajes de su catequesis. En particular, invitó a los fieles a dejar de llorar por ellos mismos para volverse hacia los demás.
En esta Semana Santa, cuando la Iglesia celebra el Triduo Pascual – Pasión y Resurrección de Cristo – desde el jueves 6 de abril hasta el domingo, el Papa meditó sobre la muerte de Jesús, que parece "un fracaso público, el peor final posible". Y señaló que aún hoy, como los apóstoles, los cristianos se enfrentan a "desengaños", "pensamientos oscuros y sentimientos de frustración", ante "tanta indiferencia hacia Dios", ante "tanta maldad en el mundo".
El obispo de Roma se entristeció por el hecho de que muchos jóvenes "hoy, en nuestras ciudades" no ven otra "salida" que el "suicidio", o se refugian en las "drogas" y el "olvido". Y recordó haber visto en las calles de Buenos Aires "tanta gente triste […], tanta mirada triste, gente que […] camina con sus teléfonos, sin paz".
Para "curarse de la tristeza […], de la amargura con que contaminamos a la Iglesia y al mundo", el obispo de Roma exhortó a los fieles a "volver a lo esencial, a la vida sencilla". En efecto, prosiguió, la paz no se encuentra en "las máscaras para […] mostrarnos mejor de lo que somos", ni en la "ostentación, para que los demás hablen bien de nosotros".
Limpiar el armario del alma
"La esperanza renace haciendo la verdad sobre nosotros mismos, abandonando la duplicidad, liberándonos de la convivencia con nuestras mentiras", aseguró el Papa. "Los comienzos de Dios a menudo parten de nuestros límites", agregó.
El jefe de la Iglesia católica instó entonces a “limpiar lo que contamina el corazón”, para dejar “estúpidas ilusiones”. Haciendo un llamado a la "sobriedad", animó a todos a "deshacerse" de "algo innecesario" "limpiando" su armario, incluido el armario del "alma".
Y para citar una iniciativa de Semana Santa en la residencia de Santa Marta en el Vaticano – el hotel en el que vive el Papa desde 2013 –, donde se invitó a los residentes a donar sus posesiones "inútiles", y asegurando que se había entregado una gran cantidad de bienes a los más necesitados.
Como Jesús en la cruz, el ser humano está "herido" por muchas cicatrices, pero para el pontífice, de 86 años, la cuestión no es estar "herido poco o mucho por la vida, sino qué 'hacemos de estas heridas'.
"¿Qué haces con tus heridas […], esas que solo tú conoces?", lanzó a la multitud, difundiendo una serie de preguntas a lo largo de su catequesis: "¿Dónde está tu esperanza? […] ¿En un cajón como un recuerdo romántico de algo que ya no existe?" o incluso: "¿Cuál es tu medicamento para curar tus heridas?".
En conclusión, el Papa Francisco afirmó que la verdadera pregunta es: "¿Qué puedo hacer yo por los demás?". "Nuestras heridas pueden convertirse en fuentes de esperanza cuando, en lugar de llorar por nosotros mismos, enjugamos las lágrimas de los demás; cuando, en lugar de guardar rencor por lo que nos quitan, atendemos lo que a los demás les falta […]. Porque sólo si dejamos de pensar en nosotros mismos, nos encontramos a nosotros mismos".