La Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, una de las catedrales más importantes de América, después de cinco años volvió a escuchar el sonar de las treinta campanas durante la Vigilia de Pascua de Resurrección.
En dos etapas
Fueron dos las etapas de restauración que llevaron al silencio al majestuoso conjunto de campanas que engalana un recinto de más de cuatro siglos de antigüedad que ha sido testigo de los cambios históricos de México y ha sufrido sismos, incendios y hundimiento (por estar fincada sobre la superficie de un lago).
El episodio que desencadenó la restauración mayor fue el terremoto del 19 de septiembre de 2017. La primera etapa ocurrió entre 2019 y 2020 como parte del Programa de Preservación del Patrimonio Cultural y del Sagrario Metropolitano.
Según informa la revista Pantalla en su emisión digital, en esta primera etapa se erradicó la fauna nociva, sellado y calafateo de grietas; se modernizó el sistema eléctrico y de pararrayos y se nivelaron algunos pilotes, dispositivos que sostienen a la catedral y que evitan su hundimiento.
La segunda etapa de restauración ocurrió durante los últimos meses de 2022 y se arreglaron las estructuras de las dos torres campaniles. En especial en la torre oriente se colocó la cruz que había caído durante el sismo de 2017.
Además, se arregló la grieta histórica en mampostería, muros y bóvedas. A la cúpula central se le quitó el recubrimiento interno y externo, se cambió toda la talavera.
Todavía falta mucho por restaurar
El canónigo Ricardo Valenzuela, rector de la Catedral Metropolitana, explicó a Pantalla que «si bien es una alegría tener estos arreglos importantes, todavía falta mucho por hacer por la catedral. Fue abandonada entre 30 y 100 años, a decir de los expertos».
Y agregó: «Como sociedad podemos seguir trabajando para restaurar este emblemático inmueble, conocido como la joya de la corona, el edificio más emblemático de la Ciudad de México y, para decir de algunos, la Catedral más bella del continente».
La catedral cuenta con 35 campanas y el resto se encuentran aún en etapa de reparación. Cada una tiene un nombre y una historia. Se tocan de manera manual, por lo que requieren conocimiento y adiestramiento por parte de los campaneros.
La campana más antigua es «La Doña», de la que se cuenta que fue fundida con un cañón que donó Hernán Cortés para este efecto. La más nueva es la campana «Juan Diego», bendecida por san Juan Pablo II en una de las cinco visitas pastorales que realizó a México. La más grande es la «Santa María de Guadalupe» que data de 1791.
A partir de la primera semana de Pascua, las campanas volverán a tocar como era costumbre hasta 2017: por la mañana a las 8:24 am para el Laudes, al medio día se escuchará el Ángelus o Regina Coeli, si es temporada de Pascua, y a las 3:00 pm la hora «nona» que recuerda el momento de la muerte de Cristo.