Rosario Blanco e Isabel Blanco son dos religiosas de origen costarricense pertenecientes a la congregación de Hermanas Dominicas de la Anunciata, quienes estaban a cargo del asilo de ancianos López Carazo y el Colegio López Carazo en la ciudad de Rivas de Nicaragua.
Estas religiosas fueron recibidas por su hermana, Violeta Blanco Cubillo, este miércoles 12 de abril en la zona fronteriza de Peñas Blancas, al noreste de Costa Rica.
La propia diócesis de Tilarán-Liberia, que le dio acogida a estas religiosas, fue la encargada de confirmar la noticia a través de un comunicado proporcionado a Aleteia.
Más religiosas expulsadas
Según publicó Confidencial, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó la expulsión de monjas de la congregación de Hermanas Dominicas de la Anunciata y les dio un plazo de 72 horas para salir.
Con respecto a las expulsadas, Rosario Blanco -prosigue el medio nicaragüense- se desempeñaba como administradora de la Fundación López Carazo, a cargo del asilo de ancianos. También está su hermana, Isabel Blanco y una tercera guatemalteca –tal cual confirman otros medios como Despacho 505- que actualmente se encuentra muy mal de salud y cuya situación –más allá que el medio señala en primera instancia que aún estaba en Nicaragua – mantiene interrogantes.
«Me parece que es un gran grave error por parte del régimen dar a las hermanas 72 horas para salir del país. Y en qué condiciones salen. Me parece inhumano, irrespetuoso. Es una falta de sensibilidad humana. Ahí está la maldad de lo que ha pasado en el asilo López Carazo», expresó a Despacho 505 un sacerdote de la misma orden de estas monjas ancianas, quien también recordó que el asilo de ancianos estaba bajo la responsabilidad de cuatro religiosas, entre ellas las mencionadas.
Fue debido al «ultimátum» del régimen de Ortega que dos de las religiosas abandonaron el país rumbo a su país natal, Costa Rica, país y diócesis de Tilarán Liberia que volvió a acoger a religiosas expulsadas de Nicaragua como lo hizo en julio de 2022 con las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta.
Apoyo y oración
En efecto, el obispo de la diócesis de Tilarán-Liberia, monseñor Manuel Eugenio Salazar, expresó su deseo de brindar cualquier tipo de ayuda que requieran estas religiosas, sus familiares, al igual que otras hermanas de la congregación.
Incluso, debido a esto, por instrucción de Salazar, el párroco de La Cruz, el sacerdote Juan de Dios Bermúdez Quesada, estuvo en el puesto de Migración, en Peñas Blancas, junto a los familiares de las religiosas dando su apoyo.
«Hoy me han comunicado que el Estado Nicaragüense ha expulsado dos hermanas religiosas de la congregación Dominicas de la Anunciata, Isabel y Cecilia Blanco Cubillo, ellas colaboraban en un Hogar de ancianos en nuestro hermano país», expresó Salazar a través de un mensaje proporcionado a Aleteia.
«Hermanas es un honor que sus pies de Esposas de Cristo pisen estas tierras, la Diócesis de Tilarán-Liberia están abiertas para ustedes. ¡Gracias por su entrega a Cristo y a su Iglesia! Sigamos orando por la Iglesia en Nicaragua y especialmente por monseñor Rolando Álvarez que ha cumplido dos meses de prisión. ¡María Madre Inmaculada, defiende y protege a Nicaragua!», sentenció el obispo de la diócesis que también difundió un video con las religiosas acogidas en Costa Rica.
Confiscación de monasterio de monjas trapenses
La información sobre esta nueva expulsión de religiosas de Nicaragua también se conoció poco después de que también trascendiera que el monasterio y bienes inmuebles que pertenecían a las hermanas trapenses de Nicaragua (que dejaron el país centroamericano de manera voluntaria en febrero de 2023) fueron confiscados por el régimen de Ortega y Murillo.
Todo esto en medio de una escalada de hostigamientos hacia miembros de la Iglesia católica -con un obispo condenado a más de 20 años de prisión como Álvarez-, algo que volvió a confirmarse en Semana Santa, instancia donde el régimen no solo afectó procesiones tradicionales, sino que también detuvo a varias personas.