Hablando durante la presentación del informe 2023 del Centro Astalli, la rama italiana del Servicio Jesuita a Refugiados, el cardenal italiano dijo que esta situación debe ser una oportunidad para mirar hacia el futuro e implementar soluciones a plazo en el tema de la migración.
El 11 de abril, el gobierno italiano, encabezado por la primera ministra derechista Giorgia Meloni, declaró un estado de emergencia de seis meses para hacer frente a la afluencia de inmigrantes a la península.
Esta medida ha permitido liberar 5 millones de euros de emergencia, cantidad que será gestionada por un comisario especial designado a tal efecto. Según cifras del gobierno, más de 31.000 inmigrantes han llegado a Italia desde principios de año, en comparación con poco menos de 8.000 para el mismo período en 2022 y 2021.
El cardenal Zuppi señaló que la última década ha visto flujos de inmigrantes mucho mayores, en tiempos en los que no se ha declarado el estado de emergencia. Entre enero y abril de 2017, por ejemplo, llegaron a Italia más de 37.000 inmigrantes. El estado de emergencia podría servir "para tomar y dar respuestas definitivas" a esta pregunta, "pero hemos conocido emergencias más graves que esta", explicó el arzobispo de Bolonia.
"La verdadera emergencia es Lampedusa", dijo, destacando la pequeña isla italiana que se ha encontrado en el cruce de rutas migratorias y que ha estado "sobrecargada durante meses en proporción a las estructuras que tiene". Entre el 9 y el 10 de abril llegaron a la isla alrededor de 1.700 migrantes. El cardenal Zuppi reconoció, sin embargo, que se trataba de una "emergencia relativa". Y recordó que el Papa Francisco había visitado la isla hace 10 años en 2013 ya para resaltar los problemas vinculados a la migración.
Sin embargo, el cardenal Zuppi también hizo una lectura positiva del nuevo estado de emergencia, creyendo que podría reflejar el deseo de las autoridades de "encontrar una herramienta para tratar de solucionar el problema de la migración". Espera que las decisiones resultantes no sean "soluciones de emergencia" sino que "se proyecten hacia el futuro".
El prelado mencionó, por ejemplo, los largos tiempos de espera de los refugiados para obtener su permiso de residencia o el complejo papel de las ONG en el rescate de barcos de inmigrantes en el Mediterráneo.
El cardenal también reconoció el trabajo que está haciendo el Centro Astalli, entre otros, para ayudar a los migrantes en la península. Esta estructura administrada por los jesuitas apoya a aproximadamente 18.000 inmigrantes en Italia, incluidos 10.000 en Roma. Durante la presentación de su informe anual, dos inmigrantes, de Sierra Leona y Afganistán, hablaron sobre su viaje a Italia y las dificultades que encontraron. El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, también estuvo presente en el acto.